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La modernización de Barcelona, el legado de Oriol Bohigas

Bohigas preparó a la capital catalana para alcanzar el sueño olímpico con su estrategia de “modernizar la periferia y funcionalizar el centro” con el que reactivó barrios como Ciutat Vella y Nou Barris, abrió la ciudad al mar y recuperó el Modernismo.

M. Tamayo

2 dic 2021 - 04:56

La modernización de Barcelona, el legado de Oriol Bohigas

 

 

Una ciudad abierta al mar, esponjada y con vida más allá del centro que abrió las puertas al sueño olímpico. Este es legado de Oriol Bohigas, fallecido el pasado martes, que fue el responsable de la reforma de la capital catalana tras el franquismo.

 

Bajo el liderazgo de Bohigas, que fue responsable del área de Urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona entre 1980 y 1984, Barcelona dibujó las líneas maestras de su renovación para entrar en el siglo XXI. Entre los edificios más emblemáticos que deja el arquitecto a la ciudad se encuentran el Museo de Disseny Hub, ubicado en la plaza de las Glòries, el edificio de RBA del 22@ o el campus de la Universitat Pompeu Fabra (UPF).

 

Aunque el gran proyecto del arquitecto fue la construcción de la Villa Olímpica, que supuso cambiar la fachada de la capital catalana. Junto a sus compañeros Martorell, Mackey y Puigdoménech, Bohigas llevó a cabo la remodelación de la zona marítima del Poblenou y la Barceloneta con la construcción de un área destinada a la Villa Olímpica, donde se alojaron los deportistas durante los juegos.

 

Además, se construyó un nuevo puerto, el Port Olímpic, un nuevo barrio y se trazaron nuevos ejes viales. La remodelación estuvo ligada a la regeneración de las playas de la ciudad y consiguió abrir Barcelona al mar. Proyectada para contar con una alta densidad de población, la zona estaba pensada para perdurar más allá de los juegos. Bohigas dibujó un nuevo barrio que fuera atractivo para residir y desarrollar la actividad económica.  

 

 

 

En la montaña de Montjuïc, se creó la llamada Anella Olímpica, diseñada por Carles Buxadé, Joan Margarit, Federico Correa y Alfons Milà, donde se renovaron instalaciones ya existentes y se construyeron nuevas como el Palau Sant Jordi. En el barrio de Vall d’Hebron se construyeron nuevas instalaciones deportivas como el campo de tiro o la pista de tenis, y se reordenó el barrio con la combinación de zonas verdes y grandes ejes residenciales de la mano del arquitecto Eduard Bru.

 

La cita olímpica también supuso el esponjamiento del tráfico de la ciudad. Se construyeron las rondas Litoral y de Dalt a lo largo del perímetro de la ciudad, así como de los nudos de la Trinitat y del Llobregat, ordenando el tráfico rodado de la ciudad con u proyecto de Josep Acebillo y Alfred Morales.

 

Además, también se crearon parques y jardines como el parque del Mirador del Migdia, el parque del Poblenou o el Parque del Port Olímpic. También se construyó la Torre de Comunicaciones de Collserola, obra de Norman Foster, y la Torre de Comunicaciones de Montjuïc, de Santiago Calatrava.