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Manglar adquiere un edificio industrial en Barcelona para reconvertirlo en ‘coworking’

La compañía barcelonesa, que incorpora dos fundaciones solidarias entre sus accionistas, está en la fase final de reposicionamiento de un inmueble de 1.500 metros cuadrados ubicado en el barrio de Gràcia.

Abel Pujol

6 may 2022 - 04:56

Manglar adquiere un edificio industrial en Barcelona para reconvertirlo en ‘coworking’

 

 

El primer coworking con capital solidario de España. La compañía barcelonesa Manglar Coworking está ultimando el proceso de reforma de un inmueble de 1.500 metros cuadrados ubicado en el número 29 de la calle Balcells, en el barrio barcelonés de Gràcia, donde ofertará 142 espacios de trabajo en su espacio de oficinas de trabajo flexibles.

 

Manglar se define como coworking solidario, ya que dos terceras partes de la inversión necesaria para la adquisición del activo, un antiguo edificio industrial, ha sido aportada por dos fundaciones solidarias locales: Patronat Ponsich i Adroer Martori. El tercio restante proviene de inversores privados, entre los que se encuentra Maurici Alkain, director general de Manglar.

 

“Vimos que en Estados Unidos este modelo funciona muy bien, ya que las entidades, en vez de destinar y agotar sus recursos en acciones a corto plazo, deciden invertir y generar un retorno que les permite multiplicar los recursos destinados a causas solidarias y de forma sostenida en el tiempo”, destaca Alkain.  

 

 

 

 

La compañía, con sede en Barcelona, no ha hecho pública el precio de compra del inmueble, pero calcula en alrededor de 900.000 euros la inversión emprendida en reformar íntegramente el espacio. Actualmente, el 25% del espacio ya está operativo y concentra una ocupación del 80%.

 

La empresa confía que los trabajos de reposicionamiento en el resto del centro terminen en las próximas semanas para tener todo el espacio operativo a final de junio y concentrar una alta tasa de ocupación a partir de septiembre.

 

“Nuestra filosofía es aportar la mayor confortabilidad al usuario, por eso concebimos el espacio con una ratio diez metros por persona en vez de los siete u ocho metros por persona habituales en la mayoría de los espacios de oficinas flexibles; además pusimos mucho énfasis en la parte vegetal, con la contratación de una paisajista, y los parámetros de sostenibilidad”, apunta el directivo.

 

Actualmente, el perfil de usuarios se divide entre pymes, profesionales independientes, start ups y nómadas digitales. Este último segmento es una de las palancas de crecimiento que contempla la empresa para fomentar la plena ocupación, aprovechando que Barcelona se sitúa entre los destinos internacionales más interesantes para trabajadores que pueden trabajar en remoto, según un ranquin reciente de Bloomberg, que sitúa la capital catalana como la sexta mejor ciudad para la instalación de nómadas digitales, por detrás de Lisboa, Miami, Dubai, Algarve y Barbados.

 

 

 

 

Además del coworking, Manglar también cuenta con otras divisiones de negocio: la gestoría digital, que ofrece a través del grupo de asesoría fiscal y auditoría Alkain i Riba, y la consultoría estratégica y financiera, a cargo de Maurici Alkain. Estos servicios están abiertos tanto a los usuarios del coworking, que cuentan con descuentos específicos, pero también al público en general.

 

La compañía no comparte objetivo de facturación, pero confía llegar a break even a finales de este año, ya que su hoja de ruta contempla la viabilidad del negocio con una ocupación del 66% del espacio.

 

Manglar no prevé expandir su modelo de coworking a otras ubicaciones de Barcelona ni en otras ciudades españolas, ya que “es complejo encontrar fundaciones solidarias que quieran apostar por un proyecto de estas características sin un amplio conocimiento del componente local; además de la dificultad de encontrar espacios industriales de las características del de Gràcia en barrios densos de Barcelona”, destaca Alkain, que también descarta levantar rondas de financiación a corto y medio plazo.