Oficinas

Philippe Jiménez (Spaces): “Hemos pasado de la dictadura del metro cuadrado al derecho a decidir”

 Ayudando a que España deje el “presenteismo” de lado, Spaces se ha marcado el objetivo de cambiar la forma de trabajar en España con la apertura de casi 800 centros en los próximos veinte años.

C. Pareja

27 nov 2017 - 04:50

Philippe Jiménez (Spaces): “Hemos pasado de la dictadura del metro cuadrado al derecho a decidir”

 

 

Esperando en el lobby del primer coworking de Spaces en Barcelona a Philippe Jiménez, director general de Spaces en España, las palabras que más se escuchan son colaboración, ayuda u opinión. “La persona que viene a trabajar a una oficina de este tipo ya sabe lo que busca y qué puede ofrecerle un espacio así”, explica el directivo. Jiménez habla de una nueva era en el negocio de las oficinas, pero también en la mentalidad de las grandes empresas: “en el momento en que estamos, no puedes obligar a un trabajador a estar entre cuatro paredes y esperar que rinda”. Ayudando a que España deje el “presenteismo” de lado, Spaces se ha marcado el objetivo de cambiar la forma de trabajar en España con la apertura de casi 800 centros en los próximos veinte años.

 

Pregunta: Spaces empezó a operar en España este año. ¿Qué tiene de interesante este mercado para el grupo?

Respuesta: España es uno de los países más desarrollados en cuanto a espacios de oficina flexibles, es una de las locomotoras del progreso del desarrollo del cambio de la oficina tradicional. Hay un caldo de cultivo muy interesante, hay muchísimos emprendedores y un colectivo muy importante. España ya está haciendo la transición y está funcionando.

 

P.: El coworking está cada vez más desarrollado en España. ¿Les da miedo la competencia?

R.: En absoluto. Es cierto que hasta ahora habíamos estado solos, y el esfuerzo comercial ha sido muy importante. Que vengan competidores con una marca, un know how, es bueno para nosotros. Nos ayuda a extender el concepto coworking. No obstante, nosotros no hemos inventado nada: hemos sabido observar y proponer una oferta a una demanda latente. Hoy en día el espacio flexible representa el 2% del espacio inmobiliario y en diez años puede llegar al 30%. El esfuerzo debemos hacerlo muchas empresas, no sólo una.

 

P.: Barcelona y Madrid son dos de las ciudades que aglutinan más emprendedores en España pero, ¿cuáles son las otras plazas interesantes para una empresa como la suya?

R.: La siguiente ciudad será Valencia. Pero nuestro objetivo son todas las capitales de provincia. Creemos que el tipo de oficinas que ofrecemos le interesa a una persona de Barcelona, pero también de Cuenca o de Huelva.

 

 

 

 

 

P.: ¿Diría que el desarrollo del concepto coworking está a la altura de otros países como Reino Unido, Alemania o Estados Unidos?

R.: Y más allá. Es el tercer país en Europa y está a la cabeza del pelotón. En Barcelona hay un colectivo de emprendedores muy importante, empresas de tecnología, biofarmacia… para nosotros es prioridad instalarnos donde hay demanda.

 

P.: ¿Cuántos centros de Spaces caben en el país?

R.: El objetivo a veinte años son 540 centros de Regus y 200 de Spaces.

 

P.: Se da por hecho que el coworking es sólo para pequeños autónomos que no tienen un espacio donde trabajar, pero lo cierto es que las grandes empresas también apuestan por esta fórmula. ¿Son cada vez más los grandes clientes los que solicitan espacios en coworking?

R.: Airbus cuenta con una oficina de Regus en Madrid. El concepto del coworking ayuda a bajar costes, ser más eficiente y más flexible. No es sólo para pequeños autónomos, también para empresas que quieren crecer, fichar talento y retenerles. Goolge, McKinsey, Facebook o Apple trabajan con empresas de coworking. Si quieres atraer a talento, debes darle flexibilidad: poder empezar su jornada en una oficina y terminarla en casa, por ejemplo. A las empresas grandes les interesa, cuando entran en un nuevo mercado, reducir gastos, no tener que invertir en reformas, tiempo y captar buen talento.

 

 

 

 

 

 

P.: Coja la bola de cristal. ¿Cómo será el coworking dentro de veinte años?

R.: Mi bola de cristal dice que las oficinas del mañana serán flexibles y tecnológicas. No sé más. Las oficinas de hoy no las podías haber tendido hace veinte años, de igual manera que hoy no tenemos lo que habrá dentro de veinte años. En España siempre se ha abogado por el presenteísmo: fichar y mirar las moscas, pero estar y con una productividad cero. Hace veinte años no se podía decir vete a trabajar a la piscina si allí vas a ser más productivo. Se prefería que no se rindiera pero que estuviera ahí. Antes lo normal era el secretismo con las patentes, por ejemplo, y ahora estamos en una era de economía colaborativa: este es mi producto, ayúdame a desarrollarlo. Hemos pasado de la dictadura del metro cuadrado al derecho a decidir.

 

P.: ¿Es el coworking una amenaza para el negocio de oficinas tal y como se conoce en la actualidad?

R.: Sí y no. Sí, si los propietarios de edificios no se reconvierten. Pero lo están haciendo, porque han visto cuál es la tendencia.

 

P.: Pensándolo bien, no sólo son competencia de otros grupos de coworking, sino también de consultoras como CBRE, Aguirre Newman o Savills…

R.: No, para nada. Ellos son agentes y ofrecen una propiedad, de ese modo, ellos pueden ofrecer los metros cuadrados de Spaces o Regus. Necesitamos que existan, así como ellos necesitan ahora que nosotros existamos. Los brokers son consultores, y su trabajo es ofrecerles su sabiduría y unos espacios que se ajusten a sus necesidades: qué más da que les manden a un edificio de Colonial que a uno de Regus.