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Draghi, uno de los nuestros, o por qué garantiza un año más de crédito barato para impulsar el ladrillo

El presidente del Banco Central Europeo mantiene alto el apetito hipotecario al dejar al 0% los tipos de interés al menos hasta otoño de 2019. Como Trichet antes del estallido de la crisis, Draghi se presenta como un aliado (dudoso) del sector inmobiliario.

Christian De Angelis

19 jun 2018 - 04:57

Draghi, uno de los nuestros, o por qué garantiza un año más de crédito barato para impulsar el ladrillo

 

 

El sector inmobiliario español vuelve a encontrar un aliado en el Banco Central Europeo (BCE), y no es nada menos que su presidente, Mario Draghi. El capo del euro, la persona con la potestad de determinar cuánto vale el dinero, vuelve a empujar a favor del calentamiento de un sector que algunas voces empiezan a ver demasiado acelerado, al menos en España. La inflación está todavía bajo control y, a pesar de las presiones llegadas de Alemania, la principal potencia económica de la Unión Europea y la zona euro, Draghi no va a subir los tipos de interés al menos hasta finales de 2019.

 

Tanto Draghi (en el cargo desde 2011) como sus dos antecesores, el francés Jean Claude Trichet (al mando del euro de 2003 a 2011) y el holandés Win Duisenberg (1998 a 2003), tienen como misión principal mantener la inflación bajo control aplicando un instrumento exclusivo en la zona euro del Banco Central Europeo: el tipo de interés interbancario, la referencia a partir de la cual se fijan índices como el Euribor.

 

Draghi ha anunciado que no tocará los tipos (en un histórico el 0% desde el pasado octubre) al menos hasta la segunda mitad del próximo año. Esta medida ha atenuado el impacto del anuncio de la retirada progresiva de otros estímulos a la economía de la eurozona, y en particular el programa de compra de activos por el que ha inyectado más de 4,5 billones de euros para promover el crecimiento económico y la salida de la crisis.

 

 

 

 

Para el mercado inmobiliario español, tipos de interés bajos garantizarán que se mantenga la apetencia de familias e inversores por la compra de viviendas financiada por hipotecas. En el primer trimestre, en España se hipotecaron 36.244 fincas, un 4,8% más que en el año anterior, mientras que el capital prestado por las entidades financieras ascendió a 4.957 millones de euros, un 3,6% más, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En el mercado de la vivienda, el número de hipotecas creció en el primer trimestre a 26.350, un 5,6% más, y el capital prestado por los bancos subió a 3.156 millones.

 

El acceso a hipotecas con precios atractivos (el tipo de interés medio en marzo fue del 2,62%, un 18,7% inferior a un año antes) impulsa la demanda y el número de operaciones, que tiene como consecuencia automática el incremento de los precios. Hasta mayo, el parque residencial español se encareció un 4,2%, aunque las subidas llegaron a ritmos del 6,8% en las grandes ciudades, siguiendo una cada vez más larga senda alcista que algunos analistas ven peligrosa.

 

Los ritmos del 4% o el 7% a los que se encarece la vivienda en España superan con mucho lo que se considera una inflación sana en el conjunto de la economía europea (algo menos del 2%), pero, tal y como ocurriera antes del estallido de la burbuja inmobiliaria en 2017, la situación del mercado inmobiliario español no es determinante para el presidente del BCE.

 

 

 

 

Entre el año 2000 y el 2008, el BCE mantuvo inmutables sus tipos de interés en el 4,25%, cuando un movimiento decidido de Trichet habría bastado para congelar el mercado y detener el engrandecimiento de una burbuja que muchos ya veían.

 

Pero ni entonces ni ahora la autoridad monetaria de la zona euro se centran en un único aspecto de la economía, si no que su misión es la inflación general, medida por el IPC y que no tiene en cuenta el gasto en la compra de activos (aunque estos activos sean la residencia habitual).

 

Además, Draghi no cree que haya burbuja y el pasado noviembre lo dejó claro. “A nivel de la eurozona, actualmente no apreciamos signos de la existencia de burbujas en el mercado de la vivienda impulsadas por el crédito, que están en la raíz de las crisis financieras más graves”, dijo.

 

El presidente italiano del BCE, que desde hace escasas semanas tiene como vicepresidente al ex ministro español de Economía Luis de Guindos, es en definitiva Uno de los nuestros para el sector inmobiliario español. Como en la película de Martin Scorsese, de 1990, Draghi se asemeja al protagonista, Henry Hill, considerado uno más de la familia que comanda en un barrio neoyorkino. Pero, como en Uno de los nuestros, podría convertirse con el tiempo en el peor de los enemigos.