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El capital internacional se vuelca en las oficinas españolas

La escasa oferta de inmuebles de calidad está empujando a los inversores internacionales a apostar por los proyectos de obra nueva y por la rehabilitación de los edificios ya existentes.

B. Seijo

25 oct 2018 - 04:54

El capital internacional se vuelca en las oficinas españolas

 

 

Oficinas, el bien más deseado por el capital extranjero en España. La poca disponibilidad de espacios de trabajo con los requisitos adecuados está empujando a los inversores internacionales a apostar fuerte por este segmento del real estate.

 

Ante la falta de stock de calidad, el capital extranjero tiene plan b en el país. Según el último informe de Savills Aguirre Newman, actualmente los inversores buscan proyectos de obra nueva y optan por rehabilitar los inmuebles ya ofertados en el mercado español.


La recuperación de la economía y la consecuente reactivación de la ocupación ha hecho posible que los compradores vean en España un territorio con muchas oportunidades en el segmento de las oficinas. Se prevé que esta tendencia aguante unos años más, sobre todo en ciudades como Madrid y Barcelona, donde la creación de empleo aumentará por encima de la media europea; con un crecimiento anual del 1,7% y del 1,5%, respectivamente.

 

 

El retail, segunda baza del inmobiliario español

Asimismo, la transformación del sector comercial está provocando que los contratos de sale&leaseback tengan cada vez más adeptos en Europa. De hecho, España encabeza la lista de mercados en los que este tipo de operaciones entre retailers e inversores internacionales son más comunes.

 

La tendencia de futuro es que las marcas sigan reduciendo su exposición al ladrillo. Según el informe publicado por Savills, la razón de esta estrategia radica en los cambios que está experimentando el sector retail actualmente, que hace que las empresas “puedan no estar siempre comprometidas con una localización concreta”.

 

 

Europa, sin grandes sorpresas

Igual que ocurre en España, las oficinas siguen siendo la clase de activos inmobiliarios preferidos en el resto del continente. Estos inmuebles representan actualmente el 45% de todas las inversiones en real estate, y aún les queda recorrido gracias a la mejora del mercado laboral, la consolidación de un gran número de negocios y la demanda creciente de edificios modernos.

 

 

 

 

En 2017, las rentas en el segmento de las oficinas se elevaron, de media, un 6% en los principales distritos financieros de Europa. Cuatro ciudades, sin embargo, lideraron el encarecimiento de los alquileres el año pasado: Londres, con el 13,9%; Estocolmo, con el 12,5%; Berlín, con el 12,4%, y Madrid, con el 10,7%.

 

La buena salud de la economía en el club de los 28 viene reforzada por un aumento anual del 2,1% del Producto Interior Bruto (PIB) en el conjunto de la Unión Europea. Además, si los tipos de interés se mantienen bajos otro año más, se prevé que el real estate continúe atrayendo capital inversor, alcanzando los 232.500 millones de euros al cierre de 2018.

 

En este sentido, no sólo las oficinas tirarán del inmobiliario europeo. Según Savills Aguirre Newman, los cambios demográficos provocarán que en las carteras de los inversores internacionales también entren otro tipo de activos, entre ellos: residencias de estudiantes, centros sanitarios, espacios logísticos y apartamentos para usuarios senior.

 

 

 

 

¿De dónde proviene el capital?

Desde principios de año, los grandes protagonistas del real estate europeo han sido las operaciones transfronterizas. Según los últimos datos de Real Capital Analytics (RCA), durante el primer semestre del año, el capital europeo representó el 77% del volumen total de inversión, en comparación con el 67% anotado durante el mismo periodo de 2017. Británicos, alemanes, franceses, suizos y suecos se encuentran entre los compradores más activos en el mercado inmobiliario europeo.

 

En el lado opuesto, las transacciones llevadas a cabo por operadores estadounidenses en el Viejo Continente están perdiendo fuelle, aunque continúan siendo los jugadores transfronterizos más dinámicos en el real estate europeo.

 

Otros inversores que apuntan maneras son los asiáticos. Actualmente, aunque los compradores chinos han aflojado su esfuerzo inversor en el extranjero, tanto los coreanos como los singapurenses apuestan de manera firme por el ladrillo europeo.