Mercado

El comercio, ante su tercer ‘annus horribilis’ con la demanda en retirada

El nuevo capítulo del comercio mundial vendrá marcado por un menor consumo unido a un exceso de oferta, lo que hará retroceder el crecimiento del comercio mundial de bienes al 1,2%, por debajo de la previsión para el PIB.

A. Martínez

26 oct 2022 - 04:54

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Más tormentas en un mar revuelto. A los desajustes de la cadena de suministro se han sumado la demanda vacilante de los consumidores, la crisis energética y su consiguiente inflación y la escasez de mano de obra y materiales, poniendo más palos a las ruedas a la fluidez esquiva del comercio mundial. Para el comercio mundial, 2023 será el año en que la demanda reticente conozca la excesiva oferta para alargar el caos un año más.

 

El crecimiento del comercio mundial de bienes se mantendrá por debajo del previsto para el Producto Interior Bruto (PIB), según datos de ING. En concreto, se prevé que el aumento del comercio de bienes alcance el 1,2%, lo que lo sitúa por debajo de la expansión económica mundial. “El comercio se está ralentizando y, en medio de un entorno mundial volátil y frágil, la normalidad en las cadenas de suministro mundiales sigue estando muy lejos a medida que nos acercamos a 2023”, sostiene la entidad en su último informe.

 

A pesar de que los gobiernos hagan esfuerzos para apoyar la demanda, las difíciles condiciones de crédito en Estados Unidos, la crisis energética en Europa y un crecimiento moderado en China hacen prever un consumo débil. Además, el dólar fuerte ha encarecido el comercio y la confianza del consumidor va en declive.

 

Sin embargo, la entidad sugiere que el comercio entre países asiáticos crecerá por encima de la media mundial, ya que la región se encuentra “mejor preparada para hacer frente a las perturbaciones”. “El comercio intraasiático ha demostrado ser robusto, ya que muchas empresas han reorientado y diversificado sus actividades comerciales hacia Asia, excluyendo a China”, asegura ING.

 

 

Otro de los riesgos que suma la entidad para vaticinar otro año para olvidar en la cadena de suministro son el riesgo de huelgas entre sectores claves como el de los transportistas. Ya se han producido parones en Estados Unidos, Reino Unido, Sudáfrica o Corea del Sur, una tendencia que prevén que se alargue el próximo año ante la inflación creciente y la pérdida de poder adquisitivo entre los trabajadores.

 

Las nuevas tensiones se suman a las ya existentes, como los confinamientos en China y la guerra en Ucrania. A ello hay que sumarle las condiciones meteorológicas extremas que se harán cada vez más frecuentes.

 

Sin embargo, la entidad descarta la vuelta de uno de los fenómenos que torpedeó el comercio global tras la pandemia: la falta de contenedores. En 2023, la caída de los retrasos y la avalancha de nuevos buques que entraran en servicio. “Un 28% de la capacidad actual de la flota instalada está pendiente de entrega y se espera que algo menos de la mitad se entregue a lo largo del año”, afirma el informe.

 

La inyección de oferta en el mercado de contenedores no supondrá una caída en su precio. La entidad argumenta que el mercado cuenta ahora con una mejor gestión de sus capacidades, se han aumentado los costes operativos y las nuevas embarcaciones requieren de mayores inversiones.