Mercado

El Covid-19 vacía las residencias de estudiantes: 94.000 camas sin acabar el curso

Con el curso académico en punto muerto por el coronavirus, el sector se centra en preparar la próxima temporada, cuando se deberían rozar las 100.000 plazas disponibles.

Marc Vidal Ordeig

24 mar 2020 - 05:00

El Covid-19 vacía las residencias de estudiantes: 94.000 camas sin acabar el curso


Las residencias de estudiantes, pendientes de septiembre. Una de las primeras medidas que han tomado los diferentes países en la lucha contra el coronavirus ha sido el cierre de centros educativos y universidades. En España, el cierre se produjo el pasado 12 de marzo, dejando en el aire el curso para los casi 500.000 estudiantes universitarios que estudian fuera de sus ciudades de origen que hay en España, de los cuales una quinta parte son Erasmus.

 

La paralización de las clases también deja en el aire el cierre del curso en las residencias de estudiantes, un sector que suma 94.000 camas en España, según datos de la consultora JLL y que funciona a medio gas para dar servicio a los pocos universitarios que no emprendieron el regreso a casa antes de que se decretara el confinamiento de la población.

 

Las residencias cubren todas las necesidades de sus residentes. Además de espacios para estudiar y ofrecer todas las comidas a sus inquilinos, también tiene servicios de limpieza o lavandería y espacios para hacer deporte y socializar.

 

 

 

 

Con el curso en punto muerto, las compañías del sector se centran en preparar la temporada 2020-2021 y ya avisan del impacto que esta crisis puede provocar en sus cuentas. Así, la socimi Student Property Spain, que cuenta con una residencia en Madrid, ha avisado que “esta circunstancia tendrá un impacto en los resultados operativos y, en consecuencia, sobre la evolución futura de los ingresos de la empresa”, ya que las residencias cobra a sus inquilinos mensualmente y el fin anticipado del curso provoca la pérdida de hasta tres mensualidades.

 

Por su parte, el director asociado en España y Portugal de Amro, Pablo García-Morales, que tiene previsto estrenar sus tres primeras residencias gestionadas por Amro Estudiantes en septiembre confía que el curso se pueda desarrollar con normalidad. “Aunque empiece un poco más tarde para recuperar el actual, esperamos que también acabe más tarde”, explica.

 

Los tres activos de Amro forman parte de las 5.500 camas que se prevé que se estrenen en 2020, a las que se sumarán otras 7.000 plazas en 2021 y las 4.500 previstas para 2022, hasta alcanzar 111.000 camas dentro de tres años.

 

Este boom previsto en los próximos años responde a la escasa oferta que hay en la mayoría de ciudades universitarias españolas, que, además, en algunos casos ha quedado obsoleta. Además, la rentabilidad de los proyectos se sitúa entorno al 5%, por encima de otros segmentos del real estate como las oficinas o el residencial, que se quedan en el 3% o el 3,5%.

 

 

 

 

En este sentido, la inversión en residencias de estudiantes se disparó hasta rozar los mil millones de euros en España en 2019. En total se cerraron una treintena de operaciones que suman 13.000 camas, tanto en inversión directa como en compra de suelo.

Barcelona lidera las ciudades con más operaciones de residencias de estudiantes cerradas en 2019, con ocho compraventas, seguida de Sevilla y Madrid. Otras ciudades universitarias como Valencia, Oviedo, Pamplona, Salamanca o Valencia también han atraído a la inversión en este tipo de activos.

 

En lo que va de año, el sector ha continuado cerrando operaciones. A finales de febrero, el fondo Catella cerró la adquisición de una residencia de estudiantes en Sevilla por quince millones de euros. El activo, situado en el campus de Reina Mercedes estará operativo en 2021 y contará con 211 camas.

 

También en febrero, el fondo Stoneshield, liderado por el ex Neinor Juan Pepa, compró la residencia de estudiantes Galileo Galilei en Valencia, en la que fue la primera operación de la compañía. Por su parte, el grupo belga Xior compró una residencia en Granada por 37 millones de euros, hasta el momento propiedad de Amor.