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Francisco Ortega (Enero): “Hasta hace dos días, los arquitectos éramos autónomos mal pagados”

Francisco Ortega es un arquitecto español especializado en el sector hospitalario. Fundador de Enero, un estudio con más de una década de vida, Ortega, conocedor del auge de los activos alternativos y sufridor de la crisis española, asegura que hoy, en su sector, no se vive igual que antes del boom, ni tampoco se trabaja igual.

J. Izquierdo

5 abr 2018 - 04:58

Francisco Ortega (Enero): “Hasta hace dos días, los arquitectos éramos autónomos mal pagados”

 

 

Francisco Ortega es un arquitecto español especializado en el sector hospitalario. Desde Enero, el estudio que fundó en 2006, construye, sobre todo, activos sanitarios, pero también hoteles cuando no está rehabilitando edificios patrimoniales. Conocedor del auge de los activos alternativos y sufridor de la crisis española, a pesar de la cual no huyó del país, Ortega dirige una “empresa de servicios de arquitectura” y asegura que hoy, en su sector, no se vive igual que antes de la crisis, "ni tampoco se trabaja igual".

 

 

Pregunta: El sector vive una nueva etapa de bonanza. ¿Se han tenido que reinventar los estudios de arquitectura tras la crisis?

Respuesta: Totalmente. Yo lo que viví hasta 2005 es totalmente diferente a lo que se vive hoy en día en los estudios de arquitectura.

 

P.: ¿En qué sentido?

R.: El papel del arquitecto de hoy es muy especializado: tiene que saber mucho de algo, y no tanto un poco de todo. Contar con una estructura empresarial es fundamental para la viabilidad del estudio y se trabaja mucho más la parte de recursos humanos para poder captar talento. Ahora, al arquitecto en plantilla hay que proporcionarle una estabilidad laboral y un entorno de trabajo en el que esté cómodo. Antes esta parte estaba muy dejada: hasta hace dos días, los arquitectos éramos autónomos mal pagados.

 

P.: Los activos alternativos están de moda. ¿Lo nota la arquitectura?

R.: Se empieza a notar. Ha habido inversiones muy fuertes en este mercado en los últimos tres años, y eso se traduce en proyectos para desarrollar estos activos. La rehabilitación de edificios patrimoniales, por ejemplo, ofrecerá nuevas oportunidades en los próximos años.

 

P.: ¿Se están especializando los estudios en algunos segmentos específicos?

R.: Cada vez los estudios están mucho más preparados. Los pocos que han quedado tras la crisis son muy competitivos.

 

 

 

 

P.: Los expertos apuntan a que la arquitectura hospitalaria es otro de los segmentos que tiene un amplio margen de mejora.

R.: Sí, pero es una especialización muy esclava y un nicho cerrado. Para especializarte en hospitales tienes que estar al día de todo lo que surge. La tecnología te empuja cada año a ello, obligándote a adaptarte a los nuevos servicios y herramientas. O estás al día o te quedas atrás enseguida. En otros sectores en auge, como por ejemplo el hotelero, sí que habrá más competencia ya que es un sector mucho más abierto.

 

P.: ¿Cuánto ha notado su sector la caída de obra pública en España?

R.: Muchísimo. Te pongo un ejemplo: en mi sector, el hospitalario, ya no hay apenas concursos públicos y antes eran todos. Había estudios cuya dinámica de negocio era vivir de concursos del sector público. Cuando cayó la inversión pública, ellos cayeron también.

 

P.: Pero algún día volverá esta inversión…
R.: Sí, pero España ya invirtió muchísimo hasta la crisis en infraestructuras. Cuando vuelva, lo hará a un ritmo mucho más lento.

 

 

 


P.: ¿Qué requisitos precisa un estudio para crecer a día de hoy?
R.: Es fundamental crear grandes equipos. Por la crisis, los honorarios se han reducido mucho y se tiende a ser un negocio de volumen. Económicamente, es fundamental tener un estudio grande para soportar las cargas y los costes indirectos, que suelen ser altos en un estudio.

 

P.: ¿Cree, por tanto, que habrá un proceso de concentración entre los estudios de plantillas cortas?
R.: Ya está sucediendo hoy en día. El estudio de pocas personas ya no tiene trabajo, salvo excepciones muy contadas de arquitectos premiados y de gran prestigio. Para el resto, la concentración es su única salida. A mí este tema me interesa mucho porque en algunos arquitectos se ve aún ese ego de la estructura antigua, piramidal y nominal, y esto complica las fusiones en ocasiones.

 

P.: ¿Qué futuro auguras a este tipo de estudios?

R.: Salvo los de muchísimo prestigio, cerrarán o se absorberán en estructuras mayores. Para que te hagas una idea, yo tengo un estudio de cincuenta personas, por lo que se considera grande. En Suecia, los estudios tienen entre 400 y 500 personas.

 

 

 

 

P.: A grandes rasgos, ¿en qué ha cambiado la tecnología la forma de trabajar del arquitecto?

R.: Lo que nos ha enseñado la crisis es trabajar en la disrupción de todo, no sólo la tecnológica. Hoy por hoy, en la arquitectura no puedes hacer una estrategia de más de dos años porque tienes que adaptar tu estrategia a la realidad continuamente.

 

P.: Pero, por ejemplo, el BIM será obligatorio en todo tipo de obra pública desde este año.

R.: Así es. Es una disrupción que, si no lo controlas, te impedirá optar a proyectos. Se ha de trabajar en incorporarlo en los estudios, nosotros ya llevamos un tiempo con ello, pero se ha de hacer paso a paso.

 

P.: Hablando de economía, ¿es necesario contar con estudios financieros (o sólidas nociones en esta materia) para aspirar a los grandes proyectos?

R.: Es fundamental saber diferenciar lo que son costes de proyectos y costes indirectos. Si no tienes esos conocimientos, no eres competitivo. Un estudio que no tiene una preparación financiera no será tan interesante en materia empresarial en un concurso.