2022, el año en que China dejó de ser el motor del crecimiento asiático
La controvertida política de Covid Cero y la crisis inmobiliaria han aumentado el descontento en el gigante asiático, que tras cuatro décadas de meteórico crecimiento comienza a mostrar síntomas de debilidad.
22 dic 2022 - 04:54
2022, el año en que China luchó contra sí misma. Casi medio siglo después de la muerte de Mao, China contempla el porvenir en medio de una desaceleración del crecimiento de la economía, que entre abril y julio de 2022 registró su peor desempeño desde el segundo trimestre de 2020, cuando el Covid-19 paralizaba al país. Con un entorno marcado por tensiones geopolíticas, la controvertida política de Covid Cero y la crisis inmobiliaria, China no será, por primera vez, el motor de crecimiento de Asia en 2023.
En las últimas cuatro décadas, la economía china ha experimentado un crecimiento inédito en la historia, hasta convertirse en la segunda potencia del mundo. Sin embargo, el modelo implantado por el Partido Comunista ha comenzado a mostrar síntomas de debilidad y las voces discordantes dentro del gigante asiático comienzan a despertar con algunas huelgas y protestas que, aunque no han conseguido un alcance nacional, sí que han puesto en alerta a las autoridades.
El XX Congreso Nacional del Partido Comunista China, celebrado en octubre, renovó a Xi Jinping al frente del país y trazó las bases de las políticas del futuro. Durante el encuentro, el Gobierno apostó por la continuidad de las medidas económicas ejecutadas hasta la fecha, una mayor autosuficiencia en ciencia y tecnología y un aumento de la inversión en energías renovables.
Tensiones geopolíticas y la política de Covid Cero han lastrado el crecimiento del país en 2022
Frente a la crisis inmobiliaria, el Gobierno chino busca estabilizar el mercado y contener el riesgo de desbordamiento, así como su contagio a la economía en general. Otras decisiones aprobadas en el Congreso incluyeron un programa de financiación con bonos de 34.500 millones de euros para promotores privados.
Pero el asunto más candente de los últimos meses fueron las políticas de Covid Cero. El Ejecutivo rebajó los días de cuarentena de diez a ocho para las personas que lleguen de fuera del país, pero se mantuvo inflexible en la mayor parte de sus decisiones. Desde entonces, la tensión fue en aumento debido al auge de los confinamientos y las restricciones, que derivaron en protestas que no se producían en el país desde los trágicos hechos de Tiananmen en la primavera de 1989.
La situación provocó que el banco de inversión Goldman Sachs se replanteara sus predicciones para el país e incluyera la posibilidad de una “reapertura desordenada y forzada” que dañaría la economía del país.
El Gobierno chino anunció entonces la mayor relajación hasta la fecha de su política de Covid Cero, tras las protestas populares y el frenazo económico, asegurando que los contagiados, asintomáticos o no, podrían hacer cuarentena en su casa y los viajeros dentro del país no tendrían que hacerse un test. La nueva política también anticipó que la población podrá viajar por el Año Nuevo Chino sin restricciones.