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Asia se coloca al frente del desarrollo mundial y Europa se acerca a la recesión

India liderará el bloque que más crecerá los próximos dos años y será el país de la Ocde que más aumentará su PIB en 2023, con un 5,7%, mientras que en Alemania y Reino Unido se encuentran a las puertas de la recesión. 

A. Martínez / M. Tamayo

23 nov 2022 - 04:54

Asia se coloca al frente del desarrollo mundial y Europa se lleva la peor parte.

 

 

El mapa de previsiones económicas de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (Ocde) dibuja un mundo a dos velocidades. Mientras los países asiáticos en vías de desarrollo esperan su gran salto adelante, Europa se prepara para un invierno frío y con la peor crisis energética desde 1970, lo que provocará la recesión de su gran locomotora, Alemania. 


En conjunto, el Producto Interior Bruto (PIB) mundial aumentará un 2,2% el próximo año, un frenazo respecto al crecimiento pronosticado para este año por la organización con sede en París del 3,3%. A pesar de que admite la pérdida de ritmo de la economía global debido en gran medida a la Guerra en Ucrania, la Ocde descarta una recesión.

 

 

 

 

Asia despega con India a la cabeza

Durante los dos próximos años, el motor del crecimiento económico del mundo serán los países asiáticos en vías de desarrollo. Se prevé que el crecimiento económico de India sea del 6,6% en 2022 y se reduzca seis décimas en 2023, hasta el 5,7%, para volver a expandirse en 2024 hasta el 6,9%, recuperando cifras prepandemia y convirtiéndose en el país de la Ocde que más crecerá. Para el año que viene, la inflación se mantendrá por encima del 6% en el primer trimestre, pero comenzará a descender a medida que avance el año.

 

Otro de los países que crecerán a buen ritmo en los próximos años será Indonesia, debido a las altas tasas de exportación de productos básicos. El crecimiento del PIB se mantendrá cerca del 5% en 2023 y 2024, mientras que la inflación no superará el 4%.

 

Sin embargo, las principales economías avanzadas de Asia no crecerán al mismo ritmo que los países emergentes. En Japón, el aumento en los precios de la energía ha lastrado los ingresos de los hogares, ha desplomado la confianza e inversión empresarial y ha frenado las exportaciones. La Ocde prevé que el PIB japonés crezca un 1,8% en 2023, dos décimas más que en 2022, para desplomarse hasta el 0,9% en 2024.

 

En 2023, el crecimiento del PIB de Corea del Sur se moderará hasta el 2%, siete décimas menos que en 2022, y seguirá esta tendencia hasta 2024. La rebaja en las previsiones económicas también viene condicionada por la débil demanda externa, así como por una elevada inflación, un estancamiento de los ingresos y un mercado inmobiliario en crisis.

 

La debilidad de crecimiento de los países de la Ocde también se verá recompensando por la reanudación del crecimiento en China. El gigante asiático vive desde el inicio de la pandemia suspendido en la incertidumbre por las políticas de Covid Cero y la crisis inmobiliaria, pero la inversión pública en 2023 se centrará en reavivar la inversión en infraestructuras y revertir la moderación de su economía. Con una previsión de crecimiento del 3,3% en 2022, la economía china repuntará hasta el 4,6% en 2023 y volverá a moderarse hasta el 4,1% en 2024, con la inflación en mínimos.

 

 

 

Europa espera su invierno

Los pronósticos para Europa son las más pesimistas ante la recesión de su principal activo, Alemania. Para la economía germana, la Ocde pronostica recesión en 2023, con retrocesos del 0,3%, y recuperación para 2024, con un repunte del 1,5%. 

 

Otro país del continente al que la Ocde vaticina un año de contracción es Reino Unido, con un retroceso del 0,4% el próximo año. Un estancamiento que se alargará hasta 2024, cuando registrará un ligero aumento del 0,2%. 

 

La mayoría de grandes economías están desacelerando bruscamente su crecimiento, como resultado de la guerra en Ucrania y la débil demanda externa, que seguirá disminuyendo. Además, los altos precios de la energía y los alimentos o las roturas en la cadena de suministro han rebajado el crecimiento de la zona euro en 2023 hasta el 0,5%, casi tres puntos porcentuales menos que en 2022.

 

En los dos próximos años, la demanda crecerá a un ritmo moderado y la inflación desacelerará, pero los altos precios de la energía y el alza en los precios minoristas no permitirán el despunte del PIB en 2024, que crecerá un 1,4% en Europa.

 

Por encima de la media de la eurozona se sitúa España, que en 2023 crecerá un 1,3%, un pronóstico que recorta en dos décimas el vaticinado en septiembre por la misma institución. Por su parte, Francia expandirá su PIB un 0,6% en 2023 y un 1,2% en 2024, justo por encima de Italia, con un 0,2% en 2023 y un 1% en 2024. 

 

Norteamérica frena su crecimiento 

En Estados Unidos, el endurecimiento de la política monetaria por parte de la Fed, que ha subido los tipos de interés seis veces este año, ha debilitado la inversión, especialmente en el sector inmobiliario. Paralelamente, la inflación no ha dado tregua y los ingresos reales han caído, a la vez que la actividad exportadora ha perdido fuelle. Este 2022, el PIB se desacelerará hasta el 1,8%, hasta desplomarse al 0,5% en 2023, para volver a aumentar al 1% en 2024.

 

La economía de Canadá andará por una senda similar a la estadounidense. La Ocde prevé que el país vuelva a tener una inflación cercana al 2% en 2024, tras el impacto de su fuerte política monetaria, que cerrará el año con los tipos de interés al 4,5%, mientras que el PIB canadiense cerrará el año con un crecimiento del 1%, rozará la recesión en 2023 y volverá a la senda positiva en 2024.

 

Latinoamérica apura su primavera

En Latinoamérica, las principales economías han tenido mejor desempeño del esperado inicialmente, en especial en los países exportadores de alimentos y energía. Sin embargo, la Ocde prevé que el repunte pierda fuerza durante los próximos dos años debido al auge en el precio de las materias primas y a las condiciones financieras más estrictas. Además, la inflación en el continente latinoamericano está en máximos, pese al aumento de los tipos de interés en muchos de los bancos centrales.

 

En Brasil, la mayor economía del continente, la desaceleración en las exportaciones, las condiciones crediticias restrictivas y una política fiscal menos expansiva frenará el crecimiento el próximo año y mejorará ligeramente en 2024.