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Españoles, más viejos: la nueva ‘mina de oro’ del ‘real estate’ español

El envejecimiento activo de la población en España abre puertas al sector inmobiliario con un aumento en la demanda de complejos que aúnen ocio y servicios asistenciales a partes iguales.
Españoles, más viejos: la nueva ‘mina de oro’ del ‘real estate’ español
Españoles, más viejos: la nueva ‘mina de oro’ del ‘real estate’ español

B. Seijo

24 sep 2018 - 04:57

Españoles, más viejos: la nueva ‘mina de oro’ del ‘real estate’ español

 

 

El envejecimiento de la población reta al real estate español antes de convertirse en su nueva mina de oro. El progresivo aumento de personas mayores de 65 años en España, con distintas demandas y necesidades, abre la puerta a una nueva tipología de activos inmobiliarios por los que el sector deberá apostar fuerte en los próximos años.

 

A 1 de enero de 2017, España contaba con 8,76 millones de habitantes mayores de 65 años, que representaban casi el 19% sobre el total de población, según los últimos datos disponibles del Padrón continuo recopilados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

 

En este sentido, el segmento poblacional de mayor edad creció un 1,23% en 2017 respecto al año anterior, mientras que el grupo de hasta quince años encogió un 0,36%, hasta alcanzar los 7,14 millones, encadenando su cuarto año consecutivo a la baja.

 

 

 

 

En 2031 se espera que la población española mayor de 65 años represente el 26% del total, frente al 19% actual y el 8,2% que copaba en 1960. Como consecuencia de esta evolución demográfica, en los próximos años se prevé un aumento de un tipo de residencial que satisfaga los deseos y necesidades de este segmento de la población.

 

El alquiler no es una opción muy popular entre los españoles si se compara con otros territorios como Alemania. De hecho, actualmente el 90% de los españoles de más de 65 años residen en un inmueble en propiedad, siendo este uno de los grupos demográficos del país que más invierten en residencial.

 

“Actualmente, en España, los mayores de 65 años se ven obligados a elegir entre el residencial tradicional y las clínicas destinadas a personas con niveles muy altos de dependencia”, afirma Elsa Galindo, directora de research de JLL. La tendencia es que el mercado inmobiliario español empiece a desarrollar nuevos modelos de vivienda ya consolidados en otros países como Australia o Estados Unidos para adaptarse a un nuevo modelo de tercera edad, que envejece de forma activa y con ganas de conservar su autonomía.

 

 

 

 

El cohousing senior es una de las alternativas que ganan terreno entre las personas que quieren envejecer de forma activa. Se trata de un modelo de vida en comunidad que dio sus primeros pasos en Dinamarca para luego expandirse por otros países del norte de Europa y Estados Unidos. Estos espacios, que combinan numerosas áreas comunes con apartamentos individuales, fomentan la vida en grupo y a su vez protegen la independencia de los inquilinos.

 

Los complejos que aúnan ocio y servicios asistenciales no sólo atraen la atención de los compradores nacionales. De hecho, según explica Galindo, “vemos mucho potencial en el desarrollo de ese tipo de resorts en zonas costeras, sobre todo a la hora de captar jubilados de otros lugares de Europa”. Entre los aspectos que más valora el colectivo internacional, destacan “nuestro clima, infraestructuras, seguridad y sanidad”, subraya la directa.  

 

 

 

 

Más allá del residencial

El progresivo envejecimiento de la población española afectará de igual manera a otros segmentos del real estate español. Por ejemplo, los centros y locales comerciales tendrán que adaptarse a las necesidades de este tipo de consumidor. “Los mayores de 65 años invierten mucho en el sector retail, es por eso que los inmuebles del futuro deberán ser cada vez más accesibles”, asegura la directiva de JLL.

 

Las oficinas, espacios en los que ya conviven hasta tres generaciones, también tendrán que someterse a una reforma. Una mayor preocupación por el bienestar del empleado provocará una modificación de la concepción o disposición de las instalaciones para que respondan a las diferentes realidades de los trabajadores.