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Estudiantes internacionales: un negocio suspendido de 2.100 millones que pone en jaque las residencias

Compañías como Round Hill, Corestate o Greystar han invertido en este negocio en España, que sumará 22.491 camas los próximos años.

M. Tamayo

11 feb 2021 - 05:00


Estudiantes internacionales: un negocio suspendido de 2.100 millones que pone en jaque las residencias

 

Activos con potencial con vistas a después de la pandemia. Aún con la cancelación de la movilidad internacional, las residencias de estudiantes se están posicionando como los activos inmobiliarios más atractivos para los inversores, junto al build-to-rent y la logística.

 

Antes de la pandemia, durante el curso 2018-2019, llegaron a España un millón de estudiantes internacionales con un impacto global en la economía española de 3.800 millones de euros y un efecto multiplicador del gasto de 2,27 euros, generando un gasto indirecto de 2.122 millones de euros. El sector ha atraído empresas tanto empresas nacionales como internacionles como Round Hill, Corestate o Greystar. 

 

Esta cifra supone que, por cada euro gastado en su programa académico, estos estudiantes gastaron 1,27 euros adicionales en otros servicios, como el alojamiento, según datos publicados por Icex España Exportación e Inversiones. En todas las categorías de estudios, a excepción de los másteres, los estudiantes desembolsan más por los gastos adicionales de su estancia que en la propia matrícula.

 

Con la irrupción del Covid-19, la llegada de estudiantes internacionales ha caído un 57%, según los responsables de las divisiones internacionales de las universidades españolas, y, con ello, las residencias de estudiantes ven desaparecer gran parte de su inquilino potencial. En marzo, con la suspensión de las clases presenciales se quedaron vacías 94.000 camas de residencias que había en el mercado en ese momento.

 

 

 

En el curso 2018-2019, los estudiantes que se acogieron al programa Erasmus+ en España era de 54.400 personas, lo que supone un aumento del 3% respecto al año anterior y consolidar el crecimiento del programa en España que suma seis años consecutivos de aumento.

 

La duración media de los estudiantes de Erasmus+ el último curso fue de 5,1 meses, según datos de la Comisión Europea. Los gastos indirectos de estos estudiantes alcanzan una media mensual de 885 euros por persona, lo que supone 245 millones de euros anuales en gastos indirectos como el alojamiento.

 

El programa Erasmus inicia una nueva etapa tras la pandemia, ya que a partir del próximo curso la Comisión Europea invertirá treinta millones de euros en una movilidad “más inclusiva” que busca alcanzar a más participantes. “Una de las medidas puestas en marcha por la Comisión en el curso 2020-2021 para paliar los efectos negativos de la pandemia, como son las movilidades combinadas (blended mobility), que combina un período de movilidad virtual en el país de origen con un período posterior de movilidad física en el país de destino”, señala José Manuel González Canino, director de la unidad de educación superior en el Servicio Español para la Internacionalización de la Educación (Sepie).

 

 

 

 

Otro de los grandes programas de estudiantes internacionales en España es Study Abroad, destinado a estudiantes de Estados Unidos. Dentro de esta categoría, la propia beca incluye los gastos de alojamiento. En 2019, el número de estudiantes que se acogieron al programa alcanzó su récord con 21.743 personas. De ellos, un 65% asistió menos de ocho semanas, un 33% lo hizo durante un semestre, mientras que un 2% estudió durante todo el año académico.

 

Con todo, desde el programa se invirtió en los estudiantes estadounidenses 114 millones de euros en alojamiento el pasado año. De ellos, 8,9 millones fueron destinados a estudiantes que realizaron la estancia anual de un año, 37,3 millones se invirtieron en estudiantes que realizaron la estancia en verano y los 68,1 millones restantes en estudiantes que pasaron un semestre en España.

 

En total, el programa estadounidense genera 328,1 millones de euros en impacto indirecto y junto al programa Erasmus+ se sitúa a la cola de la recaudación. Los estudiantes que más impacto indirecto generan son los estudiantes de máster, que movilizan 89.833 jóvenes que generan 663,8 millones de euros. Por su parte, los estudiantes de grado internacionales, que suman 66.937 personas, generan 533,2 millones de euros en impacto indirecto.

 

Le siguen de lejos las escuelas de español, que son las entidades que más estudiantes consiguen atraer a España con 486.956 alumnos. En total, la enseñanza del castellano en el país supone un impacto indirecto de 351,7 millones de euros. En conjunto, el gasto indirecto que generan los estudiantes internacionales es de 2.122 millones de euros.

 

Esta cifra se aleja de otras potencias en la recepción de estudiantes internacionales como Estados Unidos que en 2018 acogió 1,1 millones de estudiantes generando 39.000 millones de dólares y la creación de 455.622 puestos de trabajo, según datos de la agencia estadounidense Nafsa. En Canadá, la cifra es de 12.000 millones de dólares canadienses, mientras que los últimos datos de Nueva Zelanda, con fecha de 2008, señalaban que el sector generaba un impacto de 2.300 millones de dólares.

 

El pipline de la recuperación

En paralelo a estas cifras, las residencias de estudiantes registraron un 2019 de récord en España con una inversión de 990 millones de euros en operaciones en las que se traspasaron hasta 13.000 camas.

 

A cierre de 2020, la proyección de nuevas camas en residencias de estudiantes era de 22.491 que se irán añadiendo los próximos años. En enero, la británica Round Hill Capital anunció su desembarco en el mercado español de las residencias de estudiantes tras adquirir 12.800 metros cuadrados en Madrid para levantar 500 camas destinadas a estudiantes que iniciará a operar en 2023.

 

Fuentes del sector aseguran que, a pesar del frenazo temporal provocado por el Covid-19, hay unos 500.000 estudiantes con necesidades de alojamiento, mientras que a inicios de 2020 existían 94.000 camas para universitarios en España. Hasta el momento, la rentabilidad en el sector se sitúa en el 5%, por encima de otros segmentos como las oficinas o el residencial, que cuentan con una rentabilidad de entre el 3% y el 3,5%.

 

 

 

 

Los principales players del mercado español son la empresa luxemburguesa Corestate, que anunció una inversión de triente millones de euros en nuevas residencias de estudiante en Pamplona con capacidad de 280 camas. A principios de diciembre del pasado año, la joint venture formada por Bankinter, Valeo Groupe y Plenium Partners, VStudents Aulis, anunció la construcción de la que será la mayor residencia de estudiantes de Andalucía en una operación de la que no se hizo pública la inversión.

 

Otra joint venture, está formada por Greystar, Axa Investment Managers y Cbre Global Investors adquirió cuatro residencias de estudiantes que suman 11.000 camas a su cartera el pasado noviembre. Tres de las residencias, ubicadas en Madrid, Valencia y Málaga, se encuentran en desarrollo.

 

A finales de febrero del pasado año, el fondo Catella cerró la adquisición de una residencia de estudiantes en Sevilla por quince millones de euros. El activo, situado en el campus de Reina Mercedes, estará operativo en 2021 y contará con 211 camas.

 

Más allá de las residencias

Además de las residencias de estudiantes, las gestoras de viviendas en alquiler a medio plazo se posicionan como una de las alternativas para estudiantes de máster u otras formaciones especializadas, como la barcelonesa 3 Capital, que gestiona 500 habitaciones con rentas anuales de tres millones de euros.

 

Otro de los segmentos que aspira a arañar parte de los estudiantes internacionales que llegan a España es el del coliving. El mercado español, incipiente en el segmento, cuenta con varios actores tanto nacionales como internacionales como la italiana DoveVivo, la barcelonesa Aticco o Starcity. Otras compañías como Redvco o Grupo Lar también han anunciado inversiones en el segmento.