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Mikel Barriola (Chapman Taylor): “La construcción aún está muy por detrás de la tecnología”

El director de estudio de la firma de arquitectura subraya que el diseño de las oficinas y las viviendas debe adaptarse a los nuevos usos con espacios más flexibles y una nueva manera de entender las zonas comunes.

M. V. O.

7 oct 2019 - 04:55

Mikel Barriola (Chapman Taylor): “La construcción aún está muy por detrás de la tecnología”

Mikel Barriola es el director de estudio de Chapman Tayler. Coincidiendo con el Dia Mundial de la Arquitectura, el directivo destaca que el trabajo de los arquitectos debe adaptarse a las nuevas tecnologías y a la construcción industrializada. Además, subraya que el diseño de las viviendas y las oficinas está cambiando para adaptarse a los nuevos usos. Así, los espacios comunes son más grandes, flexibles y pensados para promover la interacción entre sus usuarios.  

 

Pregunta: ¿Qué importancia tiene el diseño de los inmuebles en la sostenibilidad de los edificios?

Respuesta: Es fundamental. Tenemos que construir porqué necesitamos las viviendas para vivir, pero es imprescindible que seamos simpáticos con la naturaleza a la hora de hacerlo.

 

P.: ¿Se está trabajando para que los edificios sean más sostenibles desde el punto de vista del diseño?

R.: En todo momento. De hecho, existen una serie de normativas que hay que cumplir, tanto desde el punto de vista del diseño, como de los materiales. Por ejemplo, tenemos que usar materiales que sean lo más cercanos posible a la obra, potenciar el aprovechamiento de la energía solar o facilitar el reciclaje de los residuos.

 

P.: ¿Cómo afecta la construcción industrializada al trabajo de los arquitectos?

R.: Los arquitectos nos tenemos que adaptar tanto a la tecnología como a la industrialización. En cuanto a nuestro trabajo, lo primer que cambia es el tiempo que se necesita para levantar un edificio y el coste que tiene. Al final, la industrialización permite construir en fábricas y acortar los tiempos. En este sentido, el ahorro de tiempo que comporta es tan grande que ya hace que merezca la pena.

 

 

 

 

P.: ¿La industrialización es el futuro de la construcción?

R.: Es una vía. Como más controlados tengamos los materiales de construcción, mejor. Preveo que en el futuro se use mucho esta técnica, aunque no creo que sea la única manera de levantar edificios.

 

P.: ¿Cómo serán las oficinas del futuro?

R.: El futuro es hoy. Y hoy en día, las oficinas son flexibles y dinámicas e incluyen cosas para los nuevos trabajadores que no entienden el trabajo como antes. Los nuevos espacios de trabajo tienen zonas de ocio, las salas de reuniones no tienen porqué ser cerradas, etc. Son espacios muy dinámicos que permiten el trabajo compartido en el que se juntan diferentes grupos laborales y al final esta configuración de las oficinas permite el surgimiento de proyectos empresariales en común.

 

P.: ¿Qué cambios habrá en las viviendas?

R.: Pasa un poco lo mismo que con las oficinas. Las familias ya no son como antes: hay gente separada, gente que vive sola, gente mayor que comparte piso, etc. También debemos tener flexibilidad a la hora de proyectar los pisos. Las viviendas ya no son salón, cocina y dormitorios, tienden a ser más modulares, con otro tipo de espacios comunes. Un ejemplo son los coliving, que la cocina puede estar en una zona común, o tener un gimnasio o una biblioteca.

 

 

 

 

P.: ¿Se están adaptando ya a los cambios en los hábitos de vida de las personas?

R.: Ya se está produciendo. Hay clientes que nos piden este tipo de viviendas. La construcción aún está muy por detrás de la tecnología, pero poco a poco va adaptándola. Por otro lado, la domótica es fundamental. Vivimos en un mundo en el que estamos interconectados y queremos que las casas faciliten nuestro día a día. De todos modos, es imprescindible que conozcamos a nuestros vecinos.

 

P.: ¿Cómo serán las ciudades del futuro?

R.: Esto es más complicado de prever. Tenemos que buscar ciudades más sostenibles, con menos transporte y menos ruido. Que la gente pueda convivir en zonas comunes. Soy consciente que esto es casi una utopía, porque hay mucha gente que quiere vivir en las ciudades y tener su coche debajo de casa. Pero es necesario crear espacios limpios. Tenemos que reeducar a la sociedad y poco a poco conseguiremos unas ciudades más limpias.

 

P.: ¿Cómo harán frente, por ejemplo, a los repartos de última milla? 

R.: En el centro de Madrid hubo una crisis muy grande con el proyecto de Madrid Central y cuando lo derogaron, la gente se les echó encima porque ya se habían acostumbrado y sabía cuándo y cómo se hacían los repartos. Tenemos que buscar soluciones que sean buenas para todos.

 

P.: ¿Cómo puede impactar la arquitectura en el diseño de las ciudades?

R.: Es fundamental porque la arquitectura somos todos. Es donde vivimos, donde circulamos y donde trabajamos. Nuestra obligación como arquitectos es adaptar los edificios a las nuevas maneras de vivir. No hacemos edificios para vivir o trabajar, los hacemos para que la gente los viva y los trabaje. Tenemos que entender cómo viven nuestros vecinos y adaptarnos.