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Sebastián Molinero (Andimac): “Se han perdido dos años en las ayudas a la rehabilitación”

El secretario general de Andimac señala que España carece de una cultura de rehabilitación y lamenta que la oportunidad de revertir esta situación con la llegada de los Next-Gen “no se ha planteado en base a la eficiencia y rapidez, con lo que corren el riesgo de descarrilar”.   

Abel Pujol

8 sep 2022 - 04:57

Sebastián Molinero (Andimac): “Se han perdido dos años en las ayudas a la rehabilitación”

 

 

El secretario general de Andimac, la asociación que representa a la distribución profesional de materiales para la edificación y rehabilitación, lamenta que en España no se haya apostado por un modelo único para repartir los fondos Next Gen a la rehabilitación, lo que ha provocado “ineficiencias que pueden ralentizar la descarbonización del parque residencial español”.

 

Molinero apunta que el boom de la reforma en España ya ha pasado y confía que la crisis económica no desplome la actividad en los próximos meses. Además, señala que la estructura del mercado continuará atomizada, con muchas pequeñas empresas, aunque cree que hay margen en la rehabilitación para que se consoliden empresas de más volumen.

 

Pregunta: ¿Hay un boom de la reforma y rehabilitación en España?

Respuesta: El boom ya ha pasado y, aunque sigue habiendo actividad, cada vez va a menos. El despegue se dio en el verano de 2020; a partir de julio se registró un repunte de la demanda importante, que se alargó durante todo 2021. Mucha gente, como consecuencia de la experiencia del confinamiento y la bolsa de ahorro generada, apostó por la reforma de sus hogares y eso se tradujo en un repunte considerable de la actividad. Actualmente, este repunte ya está descendiendo, el cliente ha perdido el interés por la llegada del verano y los anuncios de inminente crisis económica. Aunque no tenemos datos oficiales, el sector ya registra esta tendencia a la caída, que se va a pronunciar en próximos meses.

 

P.: ¿La llegada de los fondos europeos puede ser un revulsivo a esta caída de actividad?

R.: El hecho que estas ayudas se hayan vehiculado a través de las comunidades autónomas ha restado eficiencia al proceso. Lo cierto es que ya hemos perdido dos años: uno para generar el modelo general y otras para que las comunidades lo apliquen. Nosotros no decimos que haya que hacer caso omiso de las competencias que tienen las comunidades, pero en una situación excepcional como esta, donde apremia el tiempo, se hubiera podido optar por generar un modelo único. Como ejemplo, Italia, que sí ha impulsado un modelo único y las subvenciones han llegado de forma rápida al ciudadano, lo que ha conseguido impulsar decisivamente la rehabilitación energética. Además, los estándares de la rehabilitación se basan en criterios científicos; es decir, no es comparable en las decisiones que se toman, por ejemplo, en el ámbito del urbanismo, donde la administración local tiene más conocimiento y puede adoptar normativas más acertadas que instancias superiores, que no tienen tanto bagaje en el territorio. Pero en rehabilitación, donde los parámetros los marca el mapa climático, crear diecisiete submodelos sólo contribuye a sumar barreras administrativas y, en consecuencia, restar eficiencia a todo proceso de rehabilitación.

 

 

 

P.: ¿Qué estrategias se están siguiendo desde Andimac para incentivar el aprovechamiento de estos fondos?

R.: Hemos insistido mucho en la formación a empresas, además de apostar por redoblar la comunicación para que el ciudadano sea consciente de que existen estas ayudas. Pero nos encontramos con el mismo problema: como hay 17 administraciones a las que acudir, cada una con un modelo propio, la estrategia de comunicación debe ser distinta, con lo que se pierde fuerza. Con un modelo uno, bien explicado, y una campaña de comunicación potente, el ciudadano sería más consciente de las características de estas ayudas: las rentas bajas reciben ayudas por el 100% del proyecto de rehabilitación, con lo que generaran un ahorro inmediato, ya que pagarán menos en consumo energético. Además, las rentas medias podrán tener subvenciones, que no tributan, de entre el 50% y 60% del coste de la rehabilitación, a lo que hay que añadir una deducción fiscal respecto la cantidad desembolsada.

 

P.: ¿Cómo está afectando el alza de los materiales al sector?

R.: Es cierto que el precio de los materiales dieron un ligero respiro en junio, pero el precio del gas se ha vuelto a disparar en julio y agosto y esto ha afectado al proceso de fabricación de materiales. En el caso de obra nueva, ya se está viendo que hay desarrollos proyectados que no se empiezan. Respecto las obras empezadas, estas sí que se tiene que acabar, porque hay compromisos importantes en medio, pero vemos que, como consecuencia del alza de costes, hay muchas negociaciones, por lo que cada actor del proceso constructivo asume hasta donde puede. En obra civil sí que ya hay un problema serio en obras no acabadas. En cambio, en obra privada, el acceso al crédito es más fácil, sobre todo cuando ya hay parte de las promociones vendidas. El sector privado está más sólido en el aspecto financiero. Ahora bien, aunque la estadística de visados no se ha desplomado, está por ver cuántos de estos proyectos no se van a construir o se van a posponer por el alza de costes y un contexto de crisis económica.

 


 

 

P.: ¿Qué papel tiene que jugar la reforma en hacer un parque de viviendas más verde?

R.: El envejecimiento del parque de viviendas conduce a su obsolescencia. No hay nada menos sostenible que no hacer reformas en una vivienda y en esto, hay que insistir mucho en este país. España carece de una cultura de rehabilitación, su parque residencial envejece y el nivel de actividad reforma y rehabilitación no crece. Reformar y rehabilitar es ahorrar, ya que se revaloriza la vivienda, además de generar un coste energético menor. Ahora bien, para que esta transformación tenga recorrido en nuestro país es importante que haya un canal administrativo claro y eficiente.

 

P.: El mapa de empresas del sector está muy atomizado, ¿se tenderá hacia una consolidación?

R.: La estructura del sector responde a la naturaleza del negocio: el modelo se basa en el trabajo en unidades concretas de vivienda. Por lo tanto, generar una estructura de negocio escalable es difícil. Además, la empresa que crece es la que trabaja bien. Es de esperar que haya modelos de negocio con mayor estructura, pero, como pasa en toda Europa, la pequeña empresa domina y lo seguirá haciendo. En rehabilitación urbanística sí que existen compañías de mayor volumen, pero la inmensa mayoría del parque de viviendas en España son unifamiliares o pisos de hasta dieciséis viviendas, por lo tanto, en estos casos la empresa de rehabilitación que entra acostumbra a ser local.