Socimis, fase dos: estabilidad regulatoria, inversión largoplacista y poca deuda
Si bien es un tipo de vehículo que se encuentra en una posición “embrionaria”, ha llegado el momento de “dar un paso más”, según Inés Arellano, directora de relaciones con inversores de Merlin.
22 jun 2017 - 04:55
Con las Sociedades Cotizadas de Inversión en Mercados Inmobiliarios (Socimis) más que asentadas, es hora de pensar en los siguiente pasos. Así piensan los principales profesionales especializados en este vehículo de inversión inmobiliaria como Merlin, Hispania, Armabex o Gesvalt, que ayer se dieron cita en el salón inmobiliario Realty Spain para debatir sobre el futuro de estas sociedades. Estabilidad regulatoria, inversores largoplacistas y una deuda controlada son las claves de las socimis para los próximos cinco años.
“Las socimi han conseguido dinamizar el mercado inmobiliario, sumando más de 15.000 millones de euros en activos, algo que no existía hace tres años, cuando empezamos a abandonar la crisis económica”, explica Antonio López, director financiero de Hispania. “Para el inversor internacional, ha tenido un sentido impositivo muy significativo y ha permitido una entrada masiva de inversores extranjeros, ya que ofrece rentabilidades seguras”, añade el directivo.
Si bien es un tipo de vehículo que se encuentra en una posición “embrionaria”, a diferencia de otros países que también cuentan con sociedades de este tipo, “ha llegado el momento de dar un paso más”, según Inés Arellano, directora de relaciones con inversores de Merlin.
“Quedan muchas cosas por hacer en la regularización se este tipo de sociedades –asegura Arellano-; que se pueda aportar activos de manera fiscalmente neutral facilitaría que el patrimonio que está en manos de familias se le pueda dar salida de una manera más eficiente”. No obstante, la directiva asegura que, “si bien partimos de una buena base, quedan aspectos por pulir”.
Para Luis Martín, director corporativo de desarrollo de negocio en Gesvalt, las socimis “convierten ladrillo y hormigón en acciones”. “Ya no tienes un local o un edificio de oficinas, tienes un porcentaje de acciones de una sociedad cotizada y con las que puedes hacer lo que quieras, por este motivo se necesita un marco regulador estable”, sostiene.
Luis Martín (Gesvalt): “Dar tranquilidad y perspectiva de futuro al accionista es primordial”
“Dar tranquilidad y perspectiva de futuro al accionista es primordial: sabemos poco de este tipo de vehículos, pero a partir de ahora hay que tener análisis, de cómo se comporta y qué añade la gestión a este”, asegura Martín.
¿Quién invierte en las socimi?
Según la directiva de Merlin, “cuando empezamos a cotizar en 2014, no había un accionista de referencia, todos eran cortoplacistas y apostaban por la recuperación de un negocio que se estaba reinventando”. “Este inversor, que vio pronto como su inversión de rentabilizada, dio paso a un accionista que tiene más sentido en este tipo de inversiones, que es largoplacista, el institucional, los fondos de pensiones y los fondos soberanos”, sostiene Arellano. Merlin cuenta con 13.000 inversores particulares, que representan un 5% de su accionariado.
Inés Arellano (Merlin): “Queda mucho por hacer en la regulación de este tipo de sociedades”
“Los primeros inversores de las socimis en España tenían más apetito por el riesgo, y ahora ese perfil ha cambiado dando paso a uno que apuesta por el largo plazo”, explican desde Hispania. “Que Colonial se convierta en socimi y vuelva al Ibex y que Sareb esté estudiando lanzar su propio vehículo socimi también no hace más que ayudar a la progresión de este negocio”, concluyen desde Gesvalt.
En la mesa redonda también se ha debatido sobre la especialización de las socimi. “Se nos llama la socimi diversificada, pero lo cierto es que nosotros creemos en una especialización diversificada, que no es lo mismo”, dicen desde Merlin.
“Trabajamos tres tipologías de producto: oficinas, logístico y retail y da la sensación de que si no inviertes solo en una categoría de producto, no lo estás haciendo bien, y no es así: en sus países de origen sí, pero en España no es necesario”, agrega. El reto, según la socimi liderada por Ismael Clemente, es conseguir ser una compañía liquida y conocer muy bien los productos que trabajas, “sin necesidad de sólo centrarte en uno”.