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Airbnb, inmune a vetos y regulaciones: la marca que más crece en 2023

La compañía de alquiler vacacional ha tenido que capear nuevas regulaciones y una caída de la demanda desde el inicio de la pandemia, además de ser uno de los principales acusados de la subida de precio de los alquileres en las ciudades.

M. Tamayo

21 nov 2023 - 06:01

Airbnb, inmune a vetos y regulaciones: la marca que más crece en 2023

 

 

Una marca potente para un modelo roto. A principios de octubre, el consejero delegado y cofundador de la empresa de alquiler de apartamentos turísticos Airbnb, Brian Chesky, reconocía que debían “poner la casa en orden”, tras un año convulso marcado por una regulación más estricta en Nueva York y el movimiento Airbnbust impulsado por anfitriones descontentos. Sin embargo, la compañía, que se posiciona entre la tecnología y el real estate, se ha situado como la marca que más crece del ránking de Interbrand Best Global Brands.

 

La clasificación, que analiza las cien mayores marcas a escala global, apunta que la empresa nacida en San Francisco ha incrementado el valor de su marca un 22% en el último año, hasta alcanzar 16.344 puntos y la posición 46 de la lista, justo por encima de Porsche. La agencia señala que este incremento se debe a “la fuerte inversión de la compañía en su marca y sus sólidas perspectivas financieras”.

 

Las buenas perspectivas de la marca llegan después de un año con turbulencias para la compañía. El Ayuntamiento de Nueva York aprobó en septiembre la Ley de Registro de Alquileres a Corto Plazo, por la que la compañía tuvo que retirar miles de viviendas de su catálogo. Con la nueva legislación, los anfitriones de la plataforma sólo pueden recibir a un máximo de dos huéspedes, y sólo si ellos mismos también viven en la vivienda, un movimiento que la compañía calificó como “una prohibición de facto”.

 

 

 

 

Su retirada en Nueva York llegó después de un movimiento impulsado por los propios anfitriones, que se quejaban de una reducción de los márgenes de beneficio y señalaban la desconfianza ante una posible burbuja del alquiler vacacional. Un movimiento que sus impulsores calificaron como Airbnbust. Meses más tarde, el propio consejero delegado de la compañía afirmó que la empresa no había establecido adecuadamente los cimientos de la empresa para aprovechar el crecimiento acelerado, en declaraciones a Bloomberg el pasado octubre. El propio Chesky señaló el camino del nuevo camino para crecer de forma constante: ir más allá de su core business.

 

La empresa apuntó que estaban preparando más cambios que nunca para ir más allá de ofrecer alojamientos y brindar, alrededor del viaje, más servicios para convertirse en una empresa más habitual entre los consumidores e incluso señaló que estudiaban introducirse en el mercado de los automóviles. “Es una plataforma que ha quitado demanda a los hoteles sin serlo y que ahora ofrece algo más que camas: ayuda a la gente a explorar, entretenerse e incluso a contactarse entre sí”, concluye Ricca.

 

La compañía, fundada por Joe Gebbia, Brian Chesky y Nathan Blecharczyk en 2007, empezó con un colchón hinchable en un piso de San Francisco bajo el nombre Air Bed&Breakfast. Buscando un sobresueldo, aprovecharon que los hoteles de la ciudad estaban llenos durante una convención de diseñadores industriales para ofrecer a los visitantes un sitio donde dormir y trabajar, con desayuno incluido. Desde entonces, la empresa se ha convertido en un gigante de siete millones de apartamentos, pisos y casas en el punto de mira de los Ayuntamientos.

 

Barcelona fue la primera ciudad europea en prohibir el alquiler de habitaciones privadas a corto plazo y cuenta con un equipo especializado que detecta ofertas fraudulentas, pero otras ciudades como Ámsterdam o Londres también cuentan con su propia legislación para limitar la huella de la compañía californiana en el mercado residencial.

 

En 2022, aparentemente inmune a las restricciones en distintas ciudades, logró unos resultados de récord: ingresos de 8.399 millones de dólares y sus primeros beneficios de la historia en un ejercicio completo, con 1.892 millones de dólares.