Industrial

La logística en la ciudad pospandemia: drones, ‘hubs’ urbanos y entregas nocturnas

El creciente comercio electrónico busca un encaje en los nuevos centros urbanos, donde las políticas de peatonalización y pacificación de las calles ponen trabas a los vehículos pesados.

Marta Tamayo

22 jun 2020 - 04:55

La logística en la ciudad post pandemia: drones, ‘hubs’ urbanos y entregas nocturnas

La logística gana peso en la ciudad post Covid-19. Con el confinamiento de las ciudades provocado por el coronavirus, el ecommerce ha acelerado su crecimiento. Sólo en Estados Unidos, entre marzo y la primera mitad de abril el comercio electrónico creció más de un 30%, superando el crecimiento anual del 20% que se había registrado los últimos años, según datos de Rakuten Intelligence.


A la vez, las grandes ciudadeshan optado por la peatonalización de las calles y la colocación de carriles bici pasando por la eliminación de vías para vehículos.  La pandemia ha acelerado una revolución que ya se planteó en el Grupo de Liderazgo Climático de la ONU para frenar la emisión de dióxido de carbono en las ciudades, responsables del 70% de las emisiones que lanzamos a la atmosfera.

 

Esta nueva ciudad post Covid-19 se enfrenta al reto de encajar el crecimiento del comercio electrónico y la pacificación de las calles, que busca reducir los vehículos contaminantes y quitar a coches, furgonetas y camiones el lugar de privilegio que ocupan en los núcleos urbanos.

 

 

 

 

Está bien que las ciudades se peatonalicen, pero habrá que convivir”, afirma Miquel Serracanta, director de Master de Logística en EAE y fundador de Solutions & Decisions, una consultora especializada en supply chain. Para Serracanta, el sector se encuentra en un periodo de transición hacia un nuevo modelo donde el consumo y su escenario están cambiando.

 

Una de las soluciones para que el aumente de la logística no choque con una ciudad sin coches es la creación de centros logísticos a las afueras desde donde se fleten vehículos sostenibles aptos para la ciudad, como bicis o motos eléctricas, que realizan la entrega en la última milla. “Aunque este paso hace más complejo el proceso y comporta un coste que puede acabar pagando el consumidor”, afirma Serracanta.

 

A esta demanda se suman compañías como XPO Logistics o Seur. “Barcelona dispone de la Zona Franca, un espacio industrial logístico inmejorable, donde se podrían ubicar hubs urbanos para realizar la distribución de forma fácil y cercana al consumidor final”, señala Javier Frías, directivo de XPO Logistics.

 

 

 

 

Desde Seur también ponen sobre la mesa la colaboración de las empresas con los ayuntamientos para que las compañías de transporte puedan usar espacios públicos, como aparcamientos o estaciones de transporte públicos, como lugares de descarga para repartirla con medios alternativos.

 

Actualmente, algunas compañías de transporte practican entregas nocturnas para sortear las restricciones de circulación y evitar la congestión del tráfico diurno de la ciudad. Aunque esta práctica delega a la noche los grandes vehículos alejándole de la rutina diaria, no logra expulsarlos de los centros urbanos.

 

Además, las compañías de transportes, con la imposibilidad de picar a la puerta de sus clientes a altas horas de la madrugada, tienen que buscar otro enclave para descargar la mercancía para que durante el día se reparta por la ciudad.

 

 

 

 

La solución son unos pequeños almacenes urbanos que se llenan de noche para vaciarse de día. Los centros logísticos urbanos están presentes en la red de las empresas de transporte, que completa la entrega a través de bicicletas eléctricas o incluso a pie. “Estos pequeños hubs logísticos, que tienen que crecer en la ciudad, pueden alojarse en muchos de los locales comerciales que se están quedando vacíos”, apunta Serracanta.

 

Otra opción para no perturbar el descanso de los vecinos con entregas nocturnas es la colocación de taquillas en puntos públicos de la ciudad, como ya hacen operadores como Correos o Seur, que cuenta con 2.300 puntos en toda España. Aunque con este modelo es el ciudadano el que tiene que desplazarse hasta el punto de recogida.

 

 

 

 

Serracanta apunta a otra solución más radical para apartar los vehículos de transporte de la calzada: llevarlo al cielo. “En ocho o diez años habrá drones que realicen los repartos en la ciudad. El aire es la solución a lo que está pasando en el suelo”, señala el experto.

 

Aunque esa realidad todavía queda lejos, y el encaje entre una ciudad post Covid-19 y el aumento del tráfico de mercancías generado por el ecommerce parece que tiene que resolverse a ras de suelo.  Serracanta plantea la colaboración de todos los actores de la cadena de suministros para elaborar un plan y que los dos modelos en auge no acaben chocando.