Industrial

Las naves de última milla ‘piden vez’ en las grandes ciudades entre debates sobre su viabilidad

Entre debates sobre sostenibilidad y denuncias por contaminación, ¿las grandes ciudades pueden asumir las implicaciones del comercio electrónico? ¿Son viables las naves de última milla?

Marta Casado Pla

14 ago 2019 - 05:00

 

 

La última milla está de moda. Los grandes operadores logísticos quieren estar lo más cerca posible de los consumidores para poder entregar los pedidos en dos horas. Los tiempos que maneja el mercado obligan a las empresas a buscar soluciones, llámense párkings, locales comerciales o gasolineras. Entre debates sobre sostenibilidad y denuncias por contaminación, ¿las grandes ciudades pueden asumir las implicaciones del comercio electrónico? ¿Son viables las naves de última milla?

 

“No puede haber una nave de última milla en el centro de las grandes ciudades”, asegura Guillermo García-Almuzara, responsable del departamento de industrial y logística de Cushman&Wakefield. Ubicar un centro logístico en medio de complejos residenciales es inviable de cara a la convivencia con los vecinos, que sufren en primera persona la entrada y salida de los camiones, mantiene el ejecutivo.

 

Según Pere Morcillo, director del área industrial y logística de JLL, hay tres categorías de naves de última milla. La primera, las naves próximas a las grandes ciudades. La segunda, los activos cercanos al núcleo urbano; en el caso de Madrid, los inmuebles situados dentro de la M-30. La tercera y última corresponde a los espacios situados en el centro urbano.

 

Las naves ubicadas en esta área son las que plantean más problemas debido, principalmente, a la falta de espacios habilitados para este uso. Por este motivo, las grandes empresas están buscando alternativas. Merlin Properties usará el párking de la Torre Glòries como centro logístico de última milla desde donde realizar las entregas. “El uso de los aparcamientos es una tendencia que iremos viendo clarísimamente”, asegura Morcillo.

 

 

 

 

Otra de las alternativas planteadas es la reconversión de locales comerciales de segunda línea en naves de última milla desde donde entregar el producto del ecommerce. “Un local comercial no está preparado para un uso de este tipo”, advierte García-Almuzara. Las gasolineras se plantean también como puntos de recogida. 

 

En cualquier caso, la ubicación de estas naves logísticas en los centros urbanos “choca frontalmente con el desarrollo sostenible de la ciudad”, añade Morcillo. En este contexto, los Ayuntamientos jugarán un papel fundamental a la hora de establecer determinadas normativas o restringir el uso del vehículo privado.

 

“La tendencia será construir naves cerca de las ciudades con el mayor número posible de metros cuadrados (a través de naves multinivel, por ejemplo) desde donde repartir los pedidos”, afirma Gerard Plana, director del departamento industrial de Forcadell.

 

“Estamos asistiendo a una revolución de esta tipología de activos, con una fuerte inversión en tecnología y una apuesta por la calidad de las naves”, asegura Alejandro Vega-Penichet, director de industrial y logístico de Knight Frank.