Mercado

China, punto de inflexión

El inmobiliario chino, un gigante con cimientos de barro

El sector inmobiliario representa cerca de un tercio del PIB de China. El gobierno de Xi Jianping teme que una agudización de la crisis contagie al conjunto de la economía del país. Tras décadas de intenso crecimiento, el residencial chino necesita tiempo para que sus fundamentales retornen a niveles sostenibles a largo plazo.

B. Badrinas

14 oct 2022 - 04:56

El inmobiliario chino, un gigante con cimientos de barro

 

 

 

La crisis acecha al residencial chino. Los precios de las casas chinas cayeron en septiembre por tercer mes consecutivo debido al boicot hipotecario y la desaceleración de la economía más grande del mundo. El sector ha agudizado en los últimos meses la crisis que arrastra desde hace ya tiempo.

 

Los precios de las viviendas nuevas en septiembre descendieron en cien de las principales ciudades del país respecto a agosto, cuando ya cayeron entre un 0,2% y un 0,4% respecto a julio. Hay más datos que avalan la desaceleración de la actividad. La inversión que absorbe la promoción residencial ha descendido un 7,4% interanual al cierre del pasado agosto, mientras que la superficie construida se ha reducido un 23%, hasta los 878,9 millones de euros. Las ventas de las principales promotoras están reflejando caídas interanuales de entre el 30% y el 40% este año.

 

En el caso de los inmuebles comerciales (oficinas, centros comerciales, activos industriales, etc), la superficie construida presentaba un descenso del 28% respecto al último año. El índice de confianza inmobiliaria se situó en agosto en el nivel más bajo del último año.

 

La elevada deuda de las promotoras amenaza desde hace dos años al sector. El Banco Popular de China ha aprobado medidas para evitar una escalada mayor, pero las elevadas cifras de endeudamiento que arrastra son una losa pesada que amenaza la actividad y al conjunto de la economía.

 

 

En los últimos meses, los problemas de algunos grupos han impedido la entrega de viviendas y ha empezado a crecer la desconfianza entre los compradores, que han dejado de pagar hipotecas ante el temor de que no les sean entregadas sus residencias.

 

Aunque el regulador ha limitado en los últimos años esta práctica, en China los futuros compradores adelantan pagos por su vivienda a medida que este va avanzando en su construcción. El hecho de que algunas constructoras no hayan podido cumplir sus compromisos supone un duro golpe de confianza. Según cálculos de la consultora S&P Global Ratings, hay un total de 145.000 millones de dólares en préstamos que han dejado de ser atendidos por sus titulares por temor a no recibir una vivienda.

 

El Banco Popular de China ha decidido actuar y ha aprobado préstamos blandos por 220.000 millones de dólares para promotoras con el objetivo que acaben sus proyectos y evitar que la desconfianza siga extendiéndose, según datos del grupo bancario ANZ.  No obstante, hay dudas si esta cantidad será suficiente.

 

 

El gobierno de Xi Jinping teme que la crisis del residencial se contagie al resto de la economía. El sector inmobiliario representa alrededor del 70% de la riqueza personal en China y alrededor de un tercio del PIB del país. Además de la construcción de vivienda propiamente dicho, incluye su equipamiento (electrodomésticos, por ejemplo) y también servicios derivados de esta, como el alquiler.

 

Para apuntalar un sector en dificultades, Pekin está reclamando la ayuda de los gobiernos locales. Muchas ciudades han tan tomado medidas este año, como reducir las tasas de interés hipotecarias, ventajas fiscales o mejores condiciones para los hogares con más de un hijo. Después de casi dos décadas de un fuerte crecimiento, el recalentado sector inmobiliario de China necesita tiempo para volver a tasas sostenibles en el tiempo.