Mercado

El ‘real estate’ español encara un 2020 en “ralentización controlada”

Tras un parón en la compraventa de viviendas a causa de la nueva ley hipotecaria, el sector prevé un crecimiento en las operaciones del 2% en 2020 y un aumento de previos entre el 3% y el 3,8%. 

M. V. O.

7 feb 2020 - 04:55

El ‘real estate’ español encara un 2020 en “ralentización controlada”

Ralentización controlada. El sector inmobiliario va a seguir creciendo en 2020, aunque a menor ritmo que en los años anteriores, según pronosticó ayer la economista sénior de Caixabank Research, Judit Montoriol, en el marco de la quinta edición del encuentro Efimad, celebrado en Madrid este jueves. 

 

El presidente de Asprima, José Luis Gómez-Pintado, se sumó a la idea y aseguró que la compraventa de vivienda “ya se ha estabilizado” tras el efecto de la nueva ley hipotecaria, que frenó al sector entre julio y septiembre. “Si no hay vaivenes políticos que trunquen su buena marcha, el sector seguirá funcionando bien”, aseguró el directivo. 

 

Montoriol explicó que, a pesar de una caída del 5,7% en las compras de segundas residencias y de un 4,8% en las viviendas habituales, las previsiones para 2020 son que las operaciones de compraventa aumenten un 2%. En este sentido, la diferencia entre los 122.000 nuevos hogares creados en 2019 y el número de visados, que en noviembre acumulaba algo más de 105.000 permisos, hace prever “que la demanda de pisos seguirá creciendo” en los próximos años.

 

 

 

 

Además, la economista aseguró que, aunque hay ciertos mercados tensionados, como Madrid, Cataluña o Baleares, con las ciudades de Madrid, Barcelona e Ibiza al frente, no se prevé una corrección de los precios en los próximos años.


Por su parte, el director ejecutivo de banca de empresas de Caixabank, Luis Cabanas, destacó que “si la demanda y la oferta continúan existiendo, la financiación también lo hará”. Además, reclamó a las administraciones públicas que agilicen los trámites necesarios para la construcción para “ayudar al sector”. 

 

“Hay un evidente riesgo de fracaso de la colaboración público-privada”

El consejero delegado de Colliers en España, Mikel Echevarren, aprovechó la jornada para poner en duda la colaboración entre los actores del real estate y las administraciones públicas. “En los próximos cincuenta años habrá como mínimo doce cambios de gobierno que pueden cambiar las condiciones económicas de los acuerdos”, apuntó. 

 

En este sentido, aseguró que este tipo de acuerdos pueden funcionar si las administraciones llegan a acuerdos como los alcanzados con los fondos dedicados a infraestructuras, es decir, con un pago por construcción y otro pago por mantenimiento de los activos. 

Además, Echevarren también mostró su preocupación sobre que “sea el Gobierno y no el Banco de España o el Banco Central Europeo (BCE) quien marque las normas de financiación” en el mercado inmobiliario. 

 

 

 

 

La directora general de negocio de Vía Célere, Teresa Marzo, subrayó que “la administración debe articular la colaboración con los actores privados para que sea viable para las empresas”. “Si hay una base jurídica estable, podemos ir”, añadió. 

 

Por otro lado, Echevarren explicó que el mercado de build-to-rent “es muy interesante, aunque muy chiquitito”. De todos modos, para el directivo, este tipo de proyectos “son imbatibles” en grandes operaciones de suelo, ya que “pueden levantar 400 viviendas de golpe”, mientras que las operaciones de construcción de vivienda para la venta no pueden alcanzar esta velocidad. 

 

Por su parte, el consejero delegado de Aedas Homes, David Martínez, explicó que el build-to-rent “está empezando, pero ha levantado mucho interés entre los inversores”. “Hasta el momento, nos han contactado más de sesenta inversores para entrar en este mercado”, aseguró el ejecutivo. 

 

El máximo responsable de Aedas también hizo hincapié en la necesidad de solucionar el problema de acceso a la primera vivienda. “En 2019 sólo una de cada siete viviendas que vendimos fue de primera vivienda y la edad media de estos clientes fue de 39 años, ¡esto no tiene ningún sentido!”, exclamó.