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Morgan Stanley: datos, discurso y directivos para poner en valor la sostenibilidad

La firma estadounidense explica que los criterios medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG, en sus siglas en inglés) están comenzando a impactar en las valoraciones.

Iria P. Pérez

1 sep 2020 - 04:56

Morgan Stanley: datos, discurso y directivos para poner en valor la sostenibilidad

No sólo de ebitdas viven las valoraciones. El aumento de la regulación y la creciente conciencia social han motivado que, junto a las tradicionales ratios económicos, inversores y analistas presten cada vez más atención a los denominados criterios ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza, en sus siglas en inglés) para determinar cuánto vale una compañía. Pero para trasladar los esfuerzos en materia de sostenibilidad al mercado hacen falta algo más que buenas prácticas: según Morgan Stanley, la clave pasa por medirlas adecuadamente, comunicarlas con una narrativa atractiva y contar con todo el equipo directivo para liderarlas.

 

La firma estadounidense subraya que las empresas deben proveer acceso fácil a métricas en materia ESG y que estás deben ser claras, comparables y actualizadas de manera consistente. En el negocio de la moda, en los últimos años se han desarrollado herramientas como el Higg Index, de la Sustainable Apparel Coalition, que permite medir de forma independiente y continuada la sostenibilidad dentro de cada compañía.

 

 

 

 

El segundo punto clave es, según Morgan Stanley, la narrativa: “los directivos deben ayudar a los inversores y analistas a entender cómo la ESG hace a su empresa más fuerte, ya sea a través de oportunidades de crecimiento del negocio, la reducción del riesgo operativo o el fortalecimiento de la fidelidad de marca”.

 

La última clave es el compromiso de la alta dirección: para la firma estadounidense, la sostenibilidad no debe gestionarse mediante silos de la compañía sino que debe formar parte de la narrativa de todo el equipo directivo.

 

 

Ser ‘eco’ no empuja las ventas, pero no serlo penaliza

En lo que respecta en concreto al negocio de la moda, Morgan Stanley subraya que “si bien no se ha probado que producir los productos de una manera sostenible, hacerlo de una forma que no lo sea podría tener consecuencias negativas en la imagen de la marca”.

 

En este sentido, la firma propone analizar una serie de factores concretos que abarcan desde el impacto medioambiental a la responsabilidad social. En concreto, Morgan recomienda analizar la exposición de la marca a productos no sostenibles y al fast fashion, el crecimiento y la rentabilidad de los productos sostenibles, las horas de formación y la composición del consejo.

 

La empresa también señala la reducción de emisiones, la exposición a materias primas intensivas en agua, como el algodón, las políticas internas en materia de ciberseguridad y la inversión en I+D como otros factores para valorar cómo de sostenible es una compañía.

 

 

Sostenible y con vivienda asequible: el ‘real estate’ que viene

Cambio climático e inclusión serán los grandes retos del sector inmobiliario en los próximos años. Los edificios son los responsables directos del 40% de las emisiones de gases contaminantes del planeta, por lo que la lucha contra el cambio climático será una de las prioridades que marcará la agenda ESG (medio ambiente, social y gobernanza, por sus siglas en inglés) de las empresas del sector inmobiliario en el corto y medio plazo, según Morgan Stanley.

 

Las certificaciones de sostenibilidad continuarán ganando peso en el sector a medida que la mayoría de las empresas se sumen a la petición de este tipo de sellos para ocupar los espacios, sean comerciales, oficinas o logísticos.

 

La mayor concienciación social provocará que los clientes sean cada vez más exigentes a la hora de comprar o alquilar una vivienda. Así, a pesar de que el desarrollo de “edificios eficientes energéticamente puede incrementar el gasto, también las puede hacer más atractivas para los inquilinos”.

 

 

 

 

Por otro lado, la cada vez mayor regulación verde puede provocar que no seguir las normativas para rebajar las emisiones de gases contaminantes, conlleve multas a las empresas que pueden alcanzar el 3% de los ingresos netos anuales.

 

El banco de inversión también pone el acento en la necesidad del sector de garantizar la inclusión en la comunidad con la construcción de viviendas asequibles. En este sentido, “invertir en vivienda sostenible puede significar un incremento de las oportunidades de ingresos”, apunta el documento.