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Detroit, a la deriva: sin planificación urbana en la megaciudad del ‘rust belt’

Una de las grandes ciudades de la región postindustrial, campo de batalla para republicanos y demócratas en las últimas elecciones, arrastra un declive urbanístico de medio siglo. 


M. Tamayo

9 nov 2020 - 04:55

Detroit, a la deriva: sin planificación urbana en la megaciudad del ‘rust belt’

 

 

Detroit, la ciudad sin rumbo. Grandes calles, edificios enormes que no cumplen los estándares de calidad y reducidas zonas verdes son el legado del crecimiento desbordado que vivieron las ciudades del cinturón de óxido estadounidense el pasado siglo. Ahora, tras cincuenta años de declive con una caída de la población y las condiciones de vida, las megaurbes que se han llevado gran parte del foco mediático electoral se enfrentan a la pandemia. 


Las grandes ciudades del cinturón de óxido, en inglés rust belt, crecieron si planificación previa, guiadas por el crecimiento de las grandes empresas como Ford o General Motors que engordaban año a año el número de trabajadores. El crecimiento exponencial de población que registraron tras la primera guerra mundial obligó a las ciudades a crecer a marchas forzadas. 


Detroit, uno de los máximos exponentes de la región, carece de una red de parques y espacios públicos de calidad, además no tiene una red de transporte publico sólida, pues fue una ciudad pensada para crear y consumir coches”, explica Ana Morcillo Pallarés doctora en arquitectura y profesora en la Universidad de Michigan. 

 

 

 Detroit es una ciudad de interminables corredores de tráfico, edificios comerciales anodinos y con muy poca afluencia de viandantes

 

 

La capital de Michigan cuenta con 2.300 hectáreas de parques y zonas públicas, lo que en una ciudad de 915 kilómetros cuadrados supone que sólo un 6,4% de la ciudad está destinada a parques y zonas ajardinadas o de uso común, por debajo de la media americana, que se sitúa en un 7,7%. Este hecho dificulta la actividad en espacios abiertos que se recomienda debido a la pandemia.

 

Además, la ciudad cuenta con una densidad de población de 1.985 habitantes por kilómetro cuadrado, y aunque su población va a la baja desde la década de 1960, su área metropolitana es tan grande como Boston, San Francisco y Manhattan juntas.

 

Para Morcillo Pallarés, el ecosistema de la capital de Michigan cuenta grandes carencias provocadas por la falta de planificación. “Gran parte del tejido urbano de la ciudad lo componen una extensión infinita de pequeñas casas unifamiliares, construidas con materiales muy económicos que no se ajustan a los estándares contemporáneos de calidad y aislamiento”, asegura la arquitecta.


“Detroit es una ciudad de interminables corredores de tráfico, edificios comerciales anodinos y con muy poca afluencia de viandantes”, apunta Ana Morcillo



El rápido crecimiento de la población provocó la construcción de grandes ciudades homogéneas y con un stock de viviendas de baja calidad que tuvo que construirse a marchas forzadas. “Detroit es una ciudad de interminables corredores de tráfico, edificios comerciales anodinos y con muy poca afluencia de viandantes”, apunta la arquitecta. 


Aunque este fenómeno no se repite en toda el área metropolitana de la ciudad. “Los suburbios de la ciudad son abrumadoramente ricos y de población blanca, y a la vez son áreas que disfrutan de buenos servicios y una fuerte red de escuelas”, afirma la profesora.

 

Con el crecimiento económico en los años cincuenta la población blanca se fue a las afueras a vivir en una casa con jardín, mientras que los trabajadores de las fábricas, la mayoría población afroamericana proveniente de los estados del sur, se asentaba en los apartamentos del centro de la ciudad. 

 

Para Morcillo Pallarés, la solución para mejorar la calidad de las ciudades del cinturón de óxido es común: “en ciudades tan extensas como estas del Mid West norteamericano es fundamental invertir en un transporte público robusto que sea capaz de fortalecer la conexión entre el centro empobrecido y los suburbios ricos donde están los buenos puestos de trabajo”, resalta la arquitecta.