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Más “bla, bla, bla”: la descarbonización del parque inmobiliario en Europa se estanca

La descarbonización del real estate no avanza a la velocidad que debería, según el último informe realizado por el Building Performance Institute Europe (Bpie), y hay que acelerar la implantación de las reformas.

M. Tamayo

18 feb 2022 - 04:56

Más “bla, bla, bla”: la descarbonización del parque inmobiliario en Europa se estanca

 

 

La descarbonización del sector inmobiliario en Europa no va los suficientemente rápido y los objetivos climáticos del continente parecen quedarse en el “bla, bla, bla”, tal y como dijo Greta Thunberg ante la COP26. Aunque el continente haya aprobado en 2021 que todos los nuevos edificios de la Unión Europea sean cercanos a las cero emisiones el sector no parece encaminarse a la sostenibilidad con suficiente velocidad.

 

La descarbonización del sector está sucediendo de forma e inconsistente, según el último informe realizado por el Building Performance Institute Europe (Bpie). El instituto alerta que, de continuar con esta trayectoria, no se alcanzará el objetivo de ser un continente neutro en carbono para 2050, a no ser que los estados miembros amplíen sus políticas de adaptación.

 

La Unión Europea se ha fijado 2050 para alcanzar la neutralidad climática, un hito imposible sin tener en cuenta el inmobiliario, responsable del 35% de los gases de efecto invernadero que se emiten en Europa. Dentro del Green Deal, la Comisión Europea presentó una directiva sobre la Eficiencia Energética de los Edificios. Una de las últimas políticas de la UE ha sido el paquete llamado fit to 55, que persigue reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero al menos un 55% para 2030, respecto al consumo realizado en 1990.  

 

“Las políticas de los gobiernos difieren en diversas medidas importantes que pueden impulsar el cambio hacia nuevos estándares de edificación”, afirma el informe. En concreto, los estados miembros no parecen ponerse de acuerdo en la definición de edificios neutros en carbono (Nzeb, por sus siglas en inglés) ni en el nivel de ambición con el que se deben implementar las medidas. Por ello, el instituto pone en duda la eficacia de las políticas europeas, aunque aclara que los responsables europeos tienen ahora “la oportunidad de reimpulsar el programa europeo de edificios con bajas emisiones de carbono”.

 

 

Una de las recomendaciones que realiza la asociación es la de actualizar la definición de Nzeb, que no se ha modificado en los últimos diez años. Además, señala que, mientras gran parte de los inmuebles de la UE sigan dependiendo de la calefacción impulsada con energías fósiles, el cambio a una infraestructura sostenible será imposible.

 

Por ello, el instituto clama por un cambio urgente en el rumbo de las políticas: “exigimos un mayor endurecimiento de las normas de rendimiento energético junto con objetivos más ambiciosos sobre la eficiencia energética y el uso de energías renovables”. Además, el informe recomienda que se introduzcan métricas para medir las emisiones de carbono integradas antes de establecer los límites.

 

Para frenar la deriva de ineficiencia a la que se acerca el sector, el instituto señala que los estados deberían aumentar la transparencia de su definición de edificio de gasto cero y que se usen indicadores numéricos para ello, en concreto el de kilovatio consumido por metro cuadrado y año.

 

Además, deberán exigir que el 100% de la demanda energética de los nuevos edificios se cubra con fuentes de energía renovables a partir de 2025. El instituto también recomienda que algunos de los estadios prohíban el uso de los combustibles fósiles en los edificios para la misma fecha.

 

En el caso de España, la institución recomienda disminuir el consumo de energía máximo permitido en el sector no residencial que exigen las normas del Nzeb. Además, se deben incluir requisitos para una cuota mínima aceptable de energía procedente de fuentes renovables en demanda de energía primaria, y que en 2025 sea totalmente renovable. El estudio también recomienda que se realice un plan de abandono de los combustibles fósiles y acelerar las restricciones de su uso.