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Tel Aviv: la ciudad de las ‘start ups’ resiste al doble confinamiento

La ciudad israelí reabre sus negocios tras la segunda ola de la pandemia ante nuevos retos como la congestión del tráfico y la población que busca resolver con la tecnología.


M. T.

23 nov 2020 - 04:53

Tel Aviv: la ciudad de las ‘startups’ resiste al doble confinamiento

 

 

La capital mundial de las apps lucha contra los efectos de la pandemia. Tel Aviv, conocida como un hub mundial de las empresas tecnológicas de nueva creación, se apalanca en sus fortalezas para luchar contra las consecuencias de una pandemia que ha reducido ya un 20% las rentas de sus oficinas, ha desocupado parte de los comercios y ha presionado a la baja al sector inmobiliario.

Con la reputación ganada de ser una de las smart cities por excelencia, la ciudad israelí configura su urbanismo alrededor de la tecnología y los oasis verdes.  Tel Aviv busca convertirse en la puerta Occidente para las compañías locales y ya se ha posicionado como el mayor hub de start ups de Oriente Próximo. El pasado año alcanzó la primera posición en el ranking de Global Startups Ecosystem y se encuentra en las principales clasificaciones de smart cities del mundo.

 

La ciudad cuenta con 2.150 compañías tecnológicas que dan sus primeros pasos en la ciudad, además de oficinas de gigantes como Google, Facebook, Amazon o Ebay. En total, en los 52 kilómetros cuadrados que abarca la ciudad existe el mayor número de start ups per cápita: hay una compañía tecnológica de reciente creación por cada 125 residentes.

 

La ciudad alberga numerosos programas de aceleración de empresas tecnológicas y promete a aquellas nuevas compañías que se establezcan en Tel Aviv talento, oportunidades de negocio y una infraestructura digital en la que crecer. Aunque la pandemia ha vuelto a cerrar las actividades no esenciales el último mes.

 

 

 

Parte de esta infraestructura la facilita el propio Ayuntamiento. La ciudad, siempre arriba en los ránkings de smart cities, cuenta con un plan para aumentar su conectividad y usar la tecnología para mejorar la experiencia en la ciudadanía, tanto para los residentes como para las empresas.

 

Para ello, el Ayuntamiento ha suscrito alianzas con empresas locales para crear aplicaciones móviles, infraestructuras como software y las infraestructuras físicas. Tras este impulso, el consistorio creó el proyecto Digi-Tel, una comunidad online de residentes diseñada para incrementar su participación en la vida de la ciudad.

 

A través de la aplicación, los ciudadanos pueden acceder a sistemas de información geográfica o acceder al depósito de datos abiertos, entre otras acciones. Además, mediante la herramienta tienen acceso a un sistema inteligente de estacionamiento de vehículos y para el uso compartido de bicicletas.

 

 

 

Gracias la digitalización de la ciudad hay más interacción entre los ciudadanos y el Ayuntamiento”, señala Eran Toch, ingeniero industrial catedrático de la Universidad de Tel Aviv. “Aunque las aplicaciones no están directamente dirigidas a las empresas, proporcionan un ecosistema tecnológico y propician el desarrollo de start ups, apunta.  

 

Además, son las propias aplicaciones creadas en la ciudad las que se integran en el abanico de servicios que ofrece el Ayuntamiento de Tel Aviv. La mayoría de las herramientas que integran el sistema se han gestado en la propia ciudad, como las app soporte a la movilidad Moovit o ZenCity.

 

Para Toch, la ciudad aún cuenta con un gran potencial de crecimiento a través de la tecnología. “Con la pandemia del Covid-19 hemos visto cómo ha crecido mucho el ecommerce y no siempre se han realizado las entregas de forma rápida”, afirma el catedrático. “El ayuntamiento puede crear pequeños centros de distribución de paquetería urbanos para facilitarlo”, señala.

 

 

Las áreas comerciales de la ciudad también se han visto golpeadas por la pandemia. Complejos como Gran Hair, Ramat Aviv Mall o Dizengoff Center, donde operan grandes marcas internacionales, acaban de reabrir sus puertas tras un confinamiento estricto provocado por la pandemia que se ha alargado un mes.  

 

Desde el 15 de septiembre hasta finales de octubre, el Gobierno de Israel decretó un segundo confinamiento por el cual cerraron bares, restaurantes, centros comerciales, tiendas y actividades culturales. Las oficinas también se volvieron a vaciar con la segunda ola de la pandemia, pero el país confía en su pulmón tecnológico para aguantar el golpe.

 

En 2019, el país contaba con un Producto Interior Bruto (PIB) per cápita de 39.698 euros anuales, lo que representa un crecimiento interanual del 12,4%. Con el estallido de la pandemia, el país ha visto descender el tamaño de su economía, con una caída del PIB en el primer semestre del año del 7,1% respecto al mismo periodo del año pasado.

 

 

 

Dentro del país, Tel Aviv cuenta con una gran fuerza empresarial, pero el segmento de oficinas también se ha visto golpeado por la crisis del Covid-19. Actualmente, las rentas de oficinas se encuentran un 20% por debajo de los precios pre Covid-19 debido a la falta de demanda, según un estudio de Cbre.

 

Antes de la pandemia, el sector gozaba de buena salud. La ocupación de oficinas en 2019 creció hasta al 95% mientras que los locales comerciales se mantuvieron con una ocupación del 97%.

 

La infraestructura tecnológica de la ciudad también facilita la gestión al propio Ayuntamiento. El Consistorio de Tel Aviv cuenta con un sistema de irrigación para gestionar las áreas verdes de la ciudad, una red de seguridad y vigilancia y una infraestructura de wifi público gratuito. La ciudad también controla el tráfico de forma inteligente a través de varios sistemas de información instalados en las calles de Tel Aviv.

 

 

 

La ciudad también ha usado la tecnología para descongestionar el tráfico rodado, pero aún cuenta con un problema de tráfico”, advierto Toch. La ciudad está impulsando los servicios de car sharing, bike sharing y el uso del bus, pero no cuenta con un servicio de metro ni tranvía.

Con una población de unos 400.000 habitantes, cuenta con una alta densidad de población de 7.958 personas por kilómetro cuadrado. “La ciudad fue ideada a principios del siglo XX siguiendo los estándares del modelo ciudad jardín que cuenta con amplios espacios verdes y casas bajas, pero se inició a construir de forma rápida y se sobrepasaron los límites de densidad que se habían previsto”, explica Dori Arbel, arquitecto urbanista.

Además de los habitantes de la propiedad, Tel-Aviv cuenta con un área de influencia de 3,6 millones de personas. Cada día la ciudad da entrada a un millón de personas que van de la periferia a trabajar a la ciudad. “La alta demanda y la especulación han provocado un aumento de precios de las viviendas que hace muy difícil para una familia joven instalarse en la ciudad”, aclara Arbel.

Para aumentar la oferta residencial de la ciudad, el Ayuntamiento ha impulsado la creación de un nuevo barrio que se ubicará en un antiguo aeropuerto de la ciudad, junto a la costa. El proyecto, iniciado en 2013, prevé levantar inmuebles 16.000 viviendas junta áreas comerciales y de oficinas