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¿Expropiar o construir? La batalla del alquiler se libra en Berlín

Un movimiento activista propone expropiar viviendas a propietarios con más de 3.000 pisos en la ciudad para frenar la escalada de los precios.

I. P. Gestal

25 abr 2019 - 04:50

¿Expropiar o construir? La batalla del alquiler se libra en Berlín

 

 

Berlín no quiere ser Londres. La capital alemana, durante años un páramo de vivienda relativamente accesible entre las grandes metrópolis europeas, lidera hoy la batalla para frenar la escalada de precios del alquiler. ¿El objetivo? Evitar seguir la senda de Londres, la capital con las viviendas más caras del continente.

 

Berlín ha dejado de ser esa ciudad “pobre, pero sexy”, como la definió el exalcalde Klaus Wowereit en 2003. En la última década, los precios de la vivienda se han disparado un 120%, según datos de Deutsche Bank. El año pasado, las rentas se elevaron un 5,6%, hasta 10,34 euros por metro cuadrado, de media, mientras que el precio medio de compra se impulsó un 12%, hasta 4.159 euros por metro cuadrado, según datos de Berlin Hyp y Cbre. Y la tendencia no tiene visos de parar.

 

¿El motivo? Una población en expansión que está disparando la demanda. Entre 2011 y 2017, Berlín sumó 290.000 habitantes, y el número de hogares creció en casi 200.000. A este incremento demográfico se suma la buena salud de la economía alemana que, aunque ha desacelerado en los últimos trimestres, continúa manteniendo tasas muy bajas de desempleo, hasta el 7,6% a cierre del año pasado.

 

 

 

 

La problemática no es nueva: ya en 2015, el Gobierno federal aprobó una ley para poner techo a los precios del alquiler, pero no terminó de ser efectiva porque los parámetros los marcan los propietarios.

 

En el último año, la guerra se ha avivado. En Berlín comenzó ya en 2018 a gestarse un movimiento denominado Expropiate DW&Co, que ha sacado a miles de berlineses a la calle bajo el lema “La locura de los alquileres” y sobre el que se ha pronunciado hasta la propia canciller alemana, Angela Merkel.

 

El objetivo de los activistas es que se convoque un referéndum en 2020 para votar su propuesta: que se expropien viviendas a empresas que posean más de 3.000 pisos en Berlín. Expropiate DW&Co defiende que se podrían liberar hasta 200.000 viviendas con esta decisión, más o menos las mismas que han pasado a manos privadas desde la década de los noventa.

 

 

 

 

La medida se apoya en el artículo 15 de la Constitución alemana de 1949, que defiende que “la tierra, los recursos naturales y los medios de producción pueden ser transferidos a la propiedad pública u otras formas de empresa pública mediante una ley que determine la naturaleza y alcance de la compensación”.

 

Los partidarios de la medida deben lograr 20.000 firmas en los próximos seis meses y otras 170.000 antes de febrero del año que viene para poder sacar adelante la propuesta. De realizarse finalmente el referéndum y ser favorable a su propuesta, podría sentar un precedente legal al establecer la vivienda como un derecho ciudadano e impactar en otras metrópolis del continente.

 

Los detractores del movimiento inciden en que los grandes propietarios apenas controlan una minoría de las viviendas de Berlín, y que sería más efectivo apostar por aumentar la oferta para controlar los precios.

 

 

 

 

Por el momento, sólo el partido de izquierdas Die Linke apoya oficialmente la iniciativa, mientras que Los Verdes ha dejado la puerta abierta a las expropiaciones “en casos excepcionales”.

 

Merkel, por su parte, ha defendido que “expropiar no es el camino correcto”, y sus socios de gobierno, los socialdemócratas, apuestan por levantar vivienda y congelar las rentas durante cinco años antes de expropiar.

 

De hecho, fue el partido socialdemócrata quien lideró la privatización del stock de viviendas en la capital entre finales de la década de los noventa y principios de los 2000. Sin embargo, su filial de juventudes sí ha apoyado la medida de Expropiate DW&Co.

 

El movimiento se sigue de cerca en otras metrópolis como Londres, París o Barcelona, esta última gobernada precisamente por una ex activista de la vivienda, Ada Colau. En España, la vivienda ha copado gran parte del debate político en año de doble convocatoria de elecciones.

 

Ada Colau aprobó una medida que obliga a que el 30% de la oferta de las nuevas promociones sea de vivienda pública, mientras que el Gobierno de Pedro Sánchez logró sacar adelante, con el apoyo de Podemos, un decreto ley para poner techo a los precios del alquiler.