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Los materiales continúan en máximos después de un año de guerra en Ucrania

Desde el estallido del conflicto, todos los materiales excepto el acero y los tubos de cobre han elevado sus precios por encima del incremento del IPC. Destaca el encarecimiento del vidrio hueco (27,8%), yeso (20%), hormigón (13,8%), cemento (13,2%) o madera (12,3%).

Abel Pujol

16 feb 2023 - 05:00

Los materiales siguen en máximos un año después del inicio de la guerra en Ucrania

 

 

A escasos cuatro días del primer aniversario del inicio de la invasión de Ucrania por parte del ejército ruso, el precio de los materiales de la construcción sigue escalando y alcanzando sus mayores cuotas, según indica la estadística del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma).

 

Más allá de la restricción de los canales comerciales con los dos países en conflicto, que en los primeros compases de la guerra tuvieron su máximo exponente en la cotización del acero, la crisis energética derivada de la contienda ha sido la que ha acabado por impactar más profundamente en el precio de los componentes, impulsándola a sus registros más altos.   

 

Aunque el índice general de costes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma) ha desacelerado en los últimos meses (los últimos datos publicados corresponden a noviembre), desde el estallido del conflicto el precio de los principales materiales utilizados en las obras, excepto el acero y los tubos de cobre, han acelerado más que la inflación general.

 

Esta contingencia está impactando directamente en los planes de los desarrolladores, que, como consecuencia de este repunte se han visto obligados a recalcular las rentabilidades de los proyectos y, en muchos casos, aparcar sine die parte de sus planes ya que el retorno esperado, unido con el endurecimiento de la financiación por el alza de tipos, ya no cumple con las expectativas de socios e inversores. El concurso por los terrenos logísticos de Aena colindantes al aeropuerto de Barajas es un caso paradigmático.

 

 

 

 

 

Ante este contexto, las quejas de la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) consiguieron que el Gobierno tramitase en los últimos doce meses hasta tres reales decreto que comprendieran la revisión de las licitaciones públicas, con el objetivo que estas incorporasen los vaivenes en los precios de los materiales.

 

Una vez analizado el alcance de las medidas, la patronal volvió a elevar su voz señalando que la nueva legislación era insuficiente y puso sobre la mesa el gran número de obras públicas que habían quedado desiertas como consecuencia de este rally en los precios.

 

CNC advertía en octubre tomando los datos de un informe de elaboración propia que, entre octubre de 2021 y septiembre de 2022, quedaron desiertas 1.939 licitaciones públicas por el auge de los costes asociados, por lo que no se pudieron iniciar obras por importe de 883 millones de euros. La patronal señalaba que, sólo entre enero y septiembre de 2022, el número de licitaciones desiertas fue de 1.455, impidiendo iniciar obras por importe de 652 millones de euros.

 

 

 

 

Si bien el repunte en los precios de la construcción es un problema que se arrastra desde 2020, cuando las interrupciones en la cadena de suministro derivadas de la situación de emergencia sanitaria global impactaron directamente en el precio de materiales como el acero o la madera, el estallido de la guerra en Ucrania acabó por acelerar la tendencia al alza de los costes de la construcción. 

 

Según la estadística publicada mensualmente por Mitma, el índice de costes de marzo, el mes posterior al estallido del conflicto en Ucrania, situó el precio de los materiales un 14,5% por encima que un año antes, destacando entre ellos el precio del acero, que avanzó un 51% en comparativa interanual y un 7,5% respecto al mes anterior.

 

Los últimos datos del índice del Mitma (relativos a noviembre de 2022) indican una desaceleración del precio de los materiales en los últimos meses del ejercicio. Desde el pico de mayo, cuando el índice se elevó hasta 144,52 puntos, la tasa ha ido desacelerando, hasta situarse en 138,59 puntos en noviembre. Esto supone un descenso de precios del 4,1%.

 

Pero los principales materiales continúan en máximos. Según el índice, todos los materiales, a excepción de los tubos de cobre, se han encarecido respecto a febrero. Además, dejando de lado los tubos de cobre y el acero, todos los componentes se han encarecido por encima de la tasa de inflación general, que de febrero a noviembre avanzó un 6%.

 

De enero a noviembre, destaca el encarecimiento del vidrio hueco (27,8%), yeso (20%), cal (19,7%) derivados del yeso (17%), hormigón (13,8%), cemento (13,2%) o madera (12,3%). Le siguen la cerámica y los prefabricados (ambos con un 11%), áridos (10,1%), herrajes (9%) o asfálticos, que con un 6% es el único material principal que se ha encarecido al mismo ritmo que el IPC general.

 

 

 

 

La consultora holandesa Arcadis, especializada en procesos constructivos, publicó recientemente un informe analizando el estado del sector de la construcción en España. En el apartado relativo a los costes, señala que los materiales cuya fabricación requiere mucha energía, como el vidrio, el cemento, los ladrillos y el hormigón, siguen una tendencia al alza debido a los elevados precios energéticos.

 

“El yeso presenta una tendencia al alza debido a la volatilidad actual del precio del yeso como componente básico, ya que la leve recuperación observada en junio de 2022 no ha prosperado y la mayoría de los costes se han mantenido en niveles superiores a los anteriores a la guerra de Ucrania”, pone como ejemplo Arcadis.

 

La consultora explica que, a pesar de la caída de los precios de las materias primas en los últimos meses, este aumento de los costes energéticos “podrían traducirse en un aumento de los costes de los materiales básicos, ya que muchos fabricantes mantienen acuerdos energéticos a largo plazo y este aumento podría trasladarse a cualquier punto del ciclo económico”.

 

 

 

 

Arcadis también indica que, a corto plazo, la escasez podría ser un problema mayor. “Los fabricantes están cerrando plantas porque no son rentables a los precios energéticos actuales, además el bajo nivel del agua en las vías fluviales europeas también está afectando a la fabricación y la distribución”.

 

La consultora advierte que un posible racionamiento energético en Europa podría dar lugar a un descenso de la producción. “Aunque los riesgos asociados al precio de los proyectos remiten, están surgiendo nuevos riesgos relacionados con la disponibilidad de los materiales”, explica la consultora.

 

Por último, la compañía neerlandesa divisa una brizna de esperanza, ya que apunta que las previsiones indican que los problemas de suministro de materiales remitirán. “La reducción de la carga de trabajo está dando margen para el reabastecimiento, de modo que, cuando superemos la recesión superficial, estaremos en mejores condiciones de suministrar materiales conforme a la demanda actual”, concluye Arcadis.