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El gigante francés Barnes se despliega en España: siete agencias y 8 millones hasta 2018

Este año, el grupo cerrará acuerdos para abrir sus primeras oficinas en Marbella y Baleares, donde ya ha comenzado a cerrar contactos con socios franquiciados.

C. Pareja

21 mar 2017 - 05:00

Nuevos actores que apuestan por la especialización irrumpen en el negocio inmobiliario de España. El gigante francés Barnes, que centra su actividad en la venta de residencial de lujo, dibuja su hoja de ruta en el mercado español, que le llevará a poner en marcha siete agencias en las principales ciudades del país y alcanzar ocho millones de euros en transacciones en los próximos dos años, tal y como ha explicado Emmanuel Virgoulay, responsable de Barnes en España, a EjePrime.

 

Barnes, que se dedica a la intermediación en la compra venta de inmuebles de alto standing, desembarcó en España en mayo de 2016, con la puesta en marcha de sus dos primeras agencias, ubicadas en Barcelona, en el número 2 de la calle Mestre Nicolau, y en al barrio de Salamanca de Madrid. El grupo asentó sus bases en el país de la mano de Emmanuel Virgoulay, uno de los hombres fuertes de la casa en Francia y que se trasladó al mercado español para liderar en el negocio del grupo.

 

Tal y como explica el directivo, la compañía desembarcó en el país cediendo su masterfranquicia a la joint venture creada por Virgoulay y el grupo galo JRBC. A partir de entonces, la compañía inició el desarrollo de la franquicia en España, donde también cuenta con un tercer establecimiento en Sotogrande (Málaga).

 

 

 

 

 

“Creemos que el mercado español atrae a muchos inversores internacionales que buscan vivienda de primera calidad en ubicaciones como Madrid, Barcelona o toda la costa –explica Virgoular-; es un negocio que está más enfocado al cliente extranjero, que invierte de media tres millones de euros por activo, frente al millón y medio de euros del cliente local”.

 

Con estas cifras en mente, Barnes ha decidido activar una agresiva expansión en el mercado español. Este año, el grupo cerrará acuerdos para abrir sus primeras oficinas en Marbella y Baleares, donde ya ha comenzado a cerrar acuerdos con socios franquiciados. Su intención es abrir establecimientos de entre 120 metros cuadrados y 250 metros cuadrados.

 

“En 2018, comenzaremos a repetir localizaciones: abriremos una segunda tienda en Barcelona, en esta ocasión en el Eixample, una de las zonas que más está llamando la atención del inversor internacional, y en Madrid, en alguna zona del centro que por el momento está por definir”.

 

En cuanto a la cifra de negocio que moverá Barnes en el mercado español, el ejecutivo asegura que sólo en Barcelona lograrán alcanzar unas ventas por transacciones de tres millones de euros en los dos primeros años. La cifra se engorda si se tienen en cuenta a todas las agencias del país, ya que la previsión pasa entonces por facturar cerca de ocho millones de euros.

 

Barnes, un gigante de 3.600 millones

Barnes fue fundada por Heidi Barnes en 1994, cuando abrió en Londres una firma inmobiliaria destinada a ayudar a clientes internacionales que buscaban residencia en Londres. Tras cerrar numerosas operaciones y ganarse un nombre dentro del sector, Barnes decidió abrir segunda oficina en París en 1995.

 

 

 

 

 

 

En la actualidad, Barnes International dispone de oficinas en las principales ciudades los continentes europeo y americano. También está presente en África (Marrakech e Isla Mauricio) y Asia (China). La firma tiene un volumen de negocio de 3.600 millones de euros en transacciones inmobiliarias al año, 85.000 compradores anuales y una red de 600 consultores en todo el mundo.

 

En España, la inmobiliaria competirá directamente con otras como Lucas Fox, que también han detectado un nicho de mercado rentable en el inmobiliario de lujo y que en 2016 elevó su cifra de negocio un 31%.

 

De todas las zonas donde opera, Barcelona es la ciudad la empresa registró la subida más significativa, con un alza de las operaciones del 69% en los últimos 12 meses. Por su parte, la Costa del Sol ha sufrido un crecimiento interanual algo más pausado comparando con 2015, debido en buena medida al Brexit y la devaluación de la libra.