Los dueños de Persán pagan 70 millones por el 40% del parque empresarial Río 55 de Madrid

Una nueva saga empresarial invierte patrimonio en el real estate español. Los Moya Yoldi, dueños de la empresa fabricante de detergente Persán, han invertido setenta millones de euros en la compra del 40% del parque empresarial Río 55 de Madrid. En esta operación, la familia andaluza se ha aliado con Inmobiliaria del Sur (Insur), promotora del complejo de oficinas, y con la que han sellado un segundo acuerdo en un proyecto residencial prime en Marbella (Málaga).

Los propietarios de Persán, interproveedor del gigante Mercadona, han incrementado su apuesta por el inmobiliario a través de Concha Yoldi, copropietaria de la empresa junto a su marido José Moya, y los hijos de la pareja: Juan, José y Francisco Javier, según El Confidencial.

La saga ha adquirido una destacada participación en Río 55, que ya firmó el pasado marzo la venta de uno de sus dos edificios al gestor de fondos AEW Europe. La previsión de Insur pasa por entregar el próximo año las llaves a los primeros inquilinos del complejo empresarial, cuyos inmuebles contarán 14.000 metros cuadrados de superficie de oficinas cada uno.

Asimismo, la familia andaluza invertirá también en su región de la mano de Insur. Gestafin Global Investment, una de las patrimoniales de los Moya Yoldi, se ha hecho con el 40% de una promoción de lujo que la inmobiliaria está levantando en Marbella. En total, 53 apartamentos de lujo compondrán este proyecto en la cotizada Costa del Sol, cuya primera fase ya está en marcha desde 2017. Un tercer plan en el mercado residencial sevillano, en el que Insur promueve 238 viviendas, completan las alianzas que el family office mantiene con el grupo.

La familia andaluza se ha aliado con el grupo inmobiliario Insur

Socimi conjunta con los dueños de Silestone y los fundadores de Goldcar
La presencia en el inmobiliario de los propietarios de Persán no acaba en su inversión particular. La saga andaluza comparte también una socimi con otras familias de empresarios como los Cosentino, dueños de Silestone, o los hermanos Juan y Pedro Alcaraz, fundadores de la empresa de renting de vehículos Goldcar, hoy parte del gigante Europcar.

A través de Trajano Iberia, de la que José Moya es presidente, la familia posee su parte en el centro comercial madrileño Alcalá Magna, por el que la sociedad pagó cien millones de euros el pasado año, y un segundo en Portugal; un edificio de oficinas en la capital española, en la zona de Manoteras para ser más precisos; un inmueble mixto, para oficinas y tiendas, en Bilbao; y un último activo, en este caso logístico, en Zaragoza.

En 2017, Trajano obtuvo 4,4 millones de euros de beneficio neto, un 45% más que durante el año anterior, mientras que el resultado bruto de explotación (ebitda) fue de 12,6 millones de euros, el doble de los seis millones que registró en 2016. Por otro lado, el valor bruto de los activos en cartera (GAV) de la socimi se elevó hasta 326 millones de euros y el valor neto (NAV) alcanzó los 12,5 euros por acción, lo que supone un incremento del 25% sobre el precio original del título.