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Josep Jorge (Fomenti): “No es cuestión de tener más tecnología en la vivienda, sino de acercar la vivienda al usuario”

El director de la compañía asegura que la tecnología ha permitido que el dar respuesta a “las nuevas maneras de entender la vida y de compartir espacios” de los usuarios del sector inmobiliario.

M. V. O.

5 dic 2019 - 04:57

Josep Jorge (Fomenti): “No es cuestión de tener más tecnología en la vivienda, sino de acercar la vivienda al usuario”

El sector inmobiliario debe adaptar la tecnología a la demanda de los usuarios. Josep Jorge, director de la consultora en innovación en el real estate Fomenti, asegura que “las promotoras cada vez ponen más tecnología en las viviendas, pero los usuarios quieren hacer un uso más humano de esta tecnología”. Además, sostiene que la “tecnología tiene que conseguir que la gente quiera ir a trabajar a la oficina”.

 

Pregunta: ¿Qué importancia tiene la tecnología en el sector inmobiliario actualmente?

Respuesta: Desde el punto de vista de la demanda es imprescindible. La demanda ha cambiado porque ha cambiado la sociedad. Además, se ha empoderado, especialmente por el uso de los móviles. Desde la oferta, hasta el momento se ha limitado a seguir los procesos habituales del sector. La oferta tiene la ventaja competitiva de la ubicación y, además, ha podido aprovechar la singularidad de los inmuebles. Al final, la creación de inmuebles es artesanal, sólo pueden estar ubicados en un único espacio y son irrepetibles. Esto ha hecho que la demanda tuviera que aceptar la oferta que había. Internet ofrece a la demanda más capacidad de elección, comparación y selección.

 

P.: ¿Cómo puede incrementar la presencia de la tecnología en el futuro?

R.: Dando nuevas respuestas a una demanda que cada día es más flexible. No tanto de espacios, si no de servicios vinculados a espacios. El coworking es el ejemplo más paradigmático, pero también el coliving. El sector comercial también se transformará, convirtiendo las tiendas tradicionales en parte de una red logística urbana de ecommerce.

 

 

“El sector comercial también se transformará, convirtiendo las tiendas tradicionales en parte de una red logística urbana de ecommerce”

 

 

P.: En logística, retail y oficinas cada vez se usa más, ¿por qué el residencial ha quedado atrás en su utilización?

R.: Tradicionalmente, el sector inmobiliario ha sido una manera de entender una sociedad y una estructura física. La sociedad es cada vez más diversa y pide una oferta cada vez más personalizada para sus necesidades. Aquí es donde aparecen fenómenos como el coliving, porque la sociedad cambia y aparecen nuevas formas de entender la vida y de compartir espacios por vínculos de intereses y no por vínculos familiares. Hasta ahora, el real estate ha limitado estos cambios y la tecnología está permitiendo dar respuesta a las nuevas maneras de organizarse la vida de los usuarios.

 

P.: ¿Los clientes reclaman su implementación?

R.: Sí y no. Los conceptos de smart home, smart building y smart city son una tendencia en el sector inmobiliario, pero no tanto por dotar a los inmuebles con tecnología, sino para hacerlos compatibles con la tecnología que ya existe. Y esta tecnología no es más que el smartphone que todos tenemos en el bolsillo. Las promotoras cada vez ponen más tecnología en las viviendas, pero los usuarios quieren hacer un uso más humano de esta tecnología. Por ejemplo, cada vez se usa más la voz, que es una nueva manera de relacionarse con el entorno físico.

 

P.: ¿Las empresas tradicionales apuestan por el uso de la tecnología?

R.: La usan esencialmente en la fase de diseño. Las propuestas de creación o transformación sí que incorporan soluciones, pero aún están muy lejos de permitir un uso flexible de los activos a partir de la tecnología por su propia naturaleza poco flexible. Por este motivo, el concepto de domótica no ha funcionado del todo bien. No es cuestión de tener más tecnología en la vivienda, sino de acercar la vivienda al usuario.

 

 

“Lo que cambiará absolutamente el mercado inmobiliario, y en consecuencia las ciudades, es la movilidad autónoma”

 

 

P.:  En el segmento de oficinas, ¿cómo pueden adoptar la tecnología las oficinas tradicionales?

R.: La tecnología tiene que conseguir que la gente quiera ir a trabajar a la oficina. Si es para controla a la gente, no funcionará porque casi todo el mundo puede trabajar desde casa. La oficina tiene que ser un espacio de relación y de trabajo en equipo. Este es el gran reto de este sector. El mundo actual es de movilidad extrema y la rigidez de las oficinas no corresponde a lo que demanda la sociedad. Esto provoca que mucha gente vaya a su puesto de trabajo porque tiene que ir, no porque quiera. Lo que tenemos que hacer no es reproducir una cafetería en el lugar de trabajo, tenemos que crear espacios de trabajo en los que la gente se pueda concentrar, pueda trabajar en equipo y pueda crear proyectos comunes, tanto dentro de la empresa como en su entorno. Las oficinas deben ser espacios más de colaboración que de trabajo.

 

P.: ¿Qué importancia tendrás las proptech en el futuro?

R.: Dependerá de dos grandes factores. Por un lado, la capacidad de estas empresas de sustituir a los actuales intermediarios, desde los agentes inmobiliarios hasta las propias promotoras. Por el otro, su capacidad de trabajar codo con codo con empresas consolidadas. Tienen que conseguir que las vean como su ecosistema innovador. Muchas proptech hacen muy bien una parte de lo que piden los clientes, pero en puntos muy concretos. La tendencia es que formen un ecosistema colaborativo mucho más dinámico.

 

P.: ¿Cómo serán las ciudades del futuro?

R.: Lo que cambiará absolutamente el mercado inmobiliario, y en consecuencia las ciudades, es la movilidad autónoma. Las ciudades están definidas por la movilidad individual. No somo conscientes de hasta qué punto los vehículos autónomos cambiarán las urbes. Dejaremos de desplazar cuerpos para desplazar productos. Esto hará que los espacios de proximidad ganen en potencia. La movilidad autónoma cambiará el diseño de las ciudades y el valor de la localización se diluirá porque perderá importancia cuando la mayoría de las relaciones puedan mantenerse, también, de manera virtual.