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Los retos de la construcción y la edificación ante la falta de profesionales

El sector debe hacer frente la edad avanzada de los trabajadores y una imagen estereotipada, junto al reto de presentar avances, buenas condiciones y contribución a la calidad de vida y al cumplimiento de los objetivos de la UE.

Los retos de la construcción y la edificación ante la falta de profesionales
Los retos de la construcción y la edificación ante la falta de profesionales
Planta de construcción industrializada de Aedas Homes.

Biel Huguet

27 may 2024 - 05:00

El sector de la construcción se enfrenta a una carencia notable de profesionales. La secretaria general de la asociación de promotores y constructores (Apce España), Beatriz Toribio, señala como una de las razones principales la falta de relevo generacional. “Si en 2012 los trabajadores de la construcción con más de 58 años representaban en torno a un 13%, ahora este porcentaje ha sobrepasado el 20%. Por contra, los jóvenes menores de 30 años han descendido por debajo del 10% (9%), lo que supone una caída notable”, afirma.

 

En esta industria, ven la necesidad de mostrar lo más atractivo del sector para que los jóvenes conozcan los avances que se están produciendo en materia de industrialización, por ejemplo, y así se incorporen. José María Quirós, delegado de industrialización de Aedas Homes, asegura: “No es fácil incorporarse, ya que la mayoría de los oficios requieren de una maestría que no se aprende rápido”. Mientras tanto, Toribio apunta: “Además, deben saber que hay buenos sueldos, buenos horarios y un convenio colectivo beneficioso, con más días libres que en otros sectores”.

 

Al preguntar por el origen de esta falta de profesionales, la presidenta del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España (Cscae), Marta Vall-llossera, indica que la crisis financiera de 2008 supuso “un hundimiento de la construcción que acabó con multitud de empresas, obligó a reconvertirse a sus trabajadores y provocó una crisis subyacente de carácter estructural en el sector”. Y añade: “Funcas argumenta que uno de los efectos de la crisis que aún no se ha resuelto es la destrucción del tejido productivo, formado por un número importante de pymes”.

 

Felipe Vieites, socio y director general de Ruiz-Larrea Arquitectura, subraya: “Ahora, 16 años después (del inicio de la crisis), se da la paradoja de que, aún contando con un sector altamente profesionalizado y competitivo financieramente como el real estate, y con empresas de construcción, proveedores de materiales/soluciones y estudios de arquitectura que compiten internacionalmente, nos encontramos ante la falta de trabajadores cualificados”. Y ejemplifica: “En la arquitectura, están muy bien valorados en el mercado los especialistas en sostenibilidad e ingenieros de estructuras”.

 

 

 

 

Vall-llossera asegura: “Ahora vemos las consecuencias, ya que no es fácil afrontar, de forma óptima y con la calidad necesaria, la transformación que nuestros edificios necesitan, así como activar la producción de vivienda asequible. Pese a que el sector paga un 30% por encima del Salario Mínimo Interprofesional (según la CNC), la falta de mano de obra es una realidad patente y, en buena medida, se debe a la ausencia de relevo generacional”.

 

En esta línea, los portavoces consideran que se necesita una formación adecuada a los perfiles profesionales necesarios en el sector y más actualizada, ligados a la industrialización y a las tecnologías digitales que se están imponiendo. Esto no solo ayudará a cubrir las vacantes, sino también a atraer a más jóvenes y a más mujeres. 

 

Vall-llossera afirma: “Es preciso fomentar la presencia de jóvenes, hombres y mujeres, así como hacer hincapié en la profesionalización de los oficios para adecuarlos a los retos actuales”; y hace alusión a la adaptación del parque edificado a los objetivos de descarbonización de la UE: “Más del 55% de los 25,7 millones de viviendas en España necesitan una rehabilitación energética, pero no podemos olvidar mejoras adicionales en accesibilidad, conservación y funcionalidad, que requieren de mano de obra especializada”. 

 

Quirós remarca que Aedas Homes empezó en 2018 a impulsar la industrialización de la promoción residencial: “Hacemos viviendas en fábrica, un entorno mucho más seguro, conciliador y atractivo para los empleados, con menor itinerancia entre centros de trabajo, y además la mujer se incorpora a la construcción. Las producciones en fábrica requieren, por lo general, menos mano de obra y un menor grado de especialización”. Y remata: “Estamos ante la gran revolución industrial en el sector y los métodos modernos de construcción (MMC) son la principal palanca”.

 

 

 

 

Toribio explica: “Se asocia el trabajo en la construcción con el estar encima de un andamio, sometidos a inclemencias meteorológicas, cuando realmente no es del todo así, ya que hay perfiles técnicos y nuevos oficios (vinculados a la transformación digital y a nuevas formas de construir) que no requieren estar en el andamio y, en muchas ocasiones, ni siquiera en la obra de manera presencial”.

 

Los profesionales de la arquitectura, además, atribuyen un papel crucial en esto a las administraciones públicas. Vall-llossera asegura que deben ayudar para activar medidas y atraer profesionales: “Es imprescindible deconstruir la imagen estereotipada y mejorar la percepción social de un sector estratégico, de presente y futuro, que aprendió las lecciones del pasado y que, como vemos en el Observatorio 2030 del Cscae, está apostando por la sostenibilidad y la calidad en sus procesos para contribuir a que España alcance los objetivos marcados por la UE y mejorar la calidad de vida de las personas”.

 

El director general de Ruiz-Larrea Arquitectura indica: “La Fundación Laboral de la Construcción (que aúna a empresarios y sindicatos) y el Ministerio de Educación (a través de la FP y la FP Dual) tienen una tarea capital en formar a trabajadores en las nuevas habilidades que demanda el mercado. Es imprescindible dejar claro que los edificios ya no se construyen, sino que se fabrican y se montan; que la sostenibilidad está presente en todo el ciclo de vida del edificio (diseño bioclimático, circularidad de los materiales, sistema cradle to cradle, transformación patrimonial); y que las nuevas demandas sociales se trasladan al mercado en forma de alojamientos flexibles, reconfigurables y con usos mixtos”.

 

 

 

 

Vieites añade: “Debe plasmarse un compromiso de los grandes actores políticos con la transformación hacia la sostenibilidad y la innovación que convierta la edificación en un motor económico y de transformación de las ciudades, atrayendo a más mano de obra cualificada. Y debe extenderse a las empresas y estudios que desarrollan soluciones innovadoras, reconociendo en los concursos públicos las propuestas que insistan en la descarbonización y la lucha contra el cambio climático”. Y remata: “Sólo así romperemos la incongruencia de ser un destino de inversión altamente atractivo, pero al que le falta la mano de obra necesaria para dar todo su potencial”.

 

El sector inmobiliario puede generar miles de empleos y una actividad económica que puede convertirlo en un motor para España, según los expertos. Toribio concluye: “La incorporación de nuevos perfiles profesionales es importante no solo para desarrollar la oferta de vivienda que España necesita -y que el Banco de España pone de relieve en su último informe-, sino también para evitar que el precio de la vivienda se siga encareciendo, debido a esa menor oferta”.