Opinión

Las tres p

Carles Torres

6 abr 2022

En los últimos 5 años, nos ha tocado vivir tres circunstancias de relevada importancia para nuestra sociedad, y también para nuestra economía. Lo cierto es que las tres están dejando unas secuelas en el país que difícilmente podremos acabar con ellas en breve.

 

Fue en el último trimestre de 2017 cuando explotó el llamado procés catalán, primera pe de este artículo. Esta etapa, para muchos deseada, y para otros no tanto, ocasionó una incertidumbre en el sistema. El modus operandi que se produjo por aquellas fechas motivó que nuestro sector se viera afectado. Las inversiones apretaron el freno delante de un malestar, y una serie de sucesos que llevaron al Gobierno catalán a la cárcel y al exilio. No había capitán que cogiera el timón de la nave para llevarlo a buen puerto.

 

Un número importante de empresas decidieron marcharse de Cataluña, domiciliarse en otras provincias del Estado ante la inseguridad de lo que estaba sucediendo. Esta situación, aunque perdura, se logró enderezar tres años después, aunque el coste ha sido elevado, social y económicamente. Acto seguido y como hecho a posta, entramos de lleno en la segunda pe, la pe de pandemia.

 

 

En marzo de 2020 llega a nuestro país un virus que si bien, inicialmente, parecía una prolongación de la gripe, pronto nos dimos cuenta que era grave, muy grave. El coronavirus se extendió rápidamente entre las personas, y pronto el Gobierno central tuvo que tomar cartas en el asunto. El estado de alarma y el confinamiento total, además de muchas restricciones para las empresas, provocaron la caída de muchas de ellas. Salvo los denominados trabajadores esenciales, tuvimos que estar protegidos, y encerrados en nuestros hogares.

 

En lo relativo a nuestro sector, también lo perjudicó de forma directa. Muchos propietarios se vieron obligados a considerar los contratos de sus arrendatarios, a dar carencias, o a abaratar las rentas. Sin facturar, sin producir, las empresas no podían subsistir, pagar y atender a todas sus obligaciones. Se alargaba demasiado, y ni los créditos ICO eran suficientes para algunos. Las empresas optaron por los Ertes. Las ayudas estatales eran buenas para algunos, y pocas para otros.

 

Y así iban pasando los meses. Y no ha sido hasta hoy que podemos hablar de haber casi salido de esta situación. Todavía tenemos coronavirus, y deberemos vivir con este virus al igual que lo hacemos con otros. Pero parece ser que no quedan demasiadas restricciones y, cuando todo indicaba que la economía empezaba a recuperarse, llega la tercera pe. La de Putin.

 

Grave, muy grave también. Socialmente afectada Ucrania, y los países de su alrededor. Rusia, y los países miembros de la OTAN y otros que lo quieren ser, luchando y defendiéndose de ataques indiscriminados de un personaje que lo único que tiene es un dedo y un botón. Hoy han salido ya de Ucrania más de cuatro millones de personas, gente que Europa deberá asistir. Parece mentira que esté sucediendo, pero la verdad es que el perjuicio es brutal para muchos países, entre ellos el nuestro.

 

 

El gas y el petróleo, hoy imprescindibles para todos. Pues bien, añade los cereales, aceite, y otros muchos productos que nos vienen de dichos países. Y todos los productos subsidiarios. Putin ha conseguido que la economía de nuestro país se vea de nuevo afectada. Los precios de lo que más necesitamos suben y suben sin parar. La comida, la gasolina y el gasóleo, la luz, etc están a unos niveles nunca vistos. Y claro, detrás van los transportes, las empresas de distribución, los autónomos…

 

Indirecta o directamente se han visto afectados los tipos de interés, al alza; las bolsas de todo el mundo, a la baja.

 

Los IPC, las hipotecas, los créditos… todos en ascendente. Y se suman a los créditos concedidos hace unos años en época de pandemia, los ICO.

 

Los políticos nos dicen que saldremos de esta situación gracias a las medidas que se están tomando, y las que pretenden llevar a cabo, pero bajo mi humilde opinión no queda otra que la de don’t look up (no mires arriba), y que dediquemos todos nuestros esfuerzos a mirar hacia adelante, sin parpadear, y dejemos que poco a poco pasen las tres pes.

 

Seguro pasarán a la historia como todo lo que sucede a lo largo de los años.

Carles Torres

Carles Torres

Carles Torres es Agente Inmobiliario desde 1982, además de Administrador de Fincas Colegiado. Antes había trabajado en diferentes empresas. Siempre especializado en área industrial en el ámbito catalán, ha desarrollado su carrera profesional en compañías como Cutillas, Auguste Thouard (hoy BNP Paribas) o Forcadell. Hace más de veinte años se embarcó en un nuevo proyecto, NCI Asesores Inmobiliarios, del que es propietario.