El talento como auténtico activo estratégico

En el mercado inmobiliario español, la escasez de talento se ha convertido en una de las principales amenazas para el crecimiento y la competitividad. Según la Guía del Mercado Laboral 2025, el 94% de las compañías del sector real estate y construcción reconoce tener dificultades para encontrar perfiles adecuados, un salto significativo respecto al 80% registrado en 2024.

La situación no es menor: el sector afronta una transformación marcada por la digitalización, la sostenibilidad y la entrada de nuevos players internacionales. Sin embargo, las empresas inmobiliarias tienen cada vez más dificultades para cubrir posiciones clave en áreas como gestión de activos, project management o rehabilitación energética.

Las posiciones más críticas son las vinculadas a la gestión de activos y patrimonios, el property management, los analistas de inversión y los project managers especializados en rehabilitación y sostenibilidad. Son profesionales que combinan visión técnica, capacidad de análisis financiero y una fuerte orientación comercial.

Las empresas inmobiliarias tienen dificultades para cubrir posiciones clave en áreas como gestión de activos y proyectos o rehabilitación energética

A ellos se suma un repunte de demanda en perfiles relacionados con data centers, logística e inversión alternativa, segmentos que están reconfigurando el mapa inmobiliario en España. El reto: encontrar profesionales con la experiencia necesaria en un mercado en el que la oferta de talento todavía es limitada.

Aunque los grandes directivos suelen estar consolidados, el verdadero gap se concentra en perfiles intermedios (79% de las empresas admite dificultades) y en talento joven (34%). Los primeros perciben falta de proyección y planes de carrera poco atractivos; en cambio, los segundos tienden a inclinarse hacia industrias más digitales y flexibles, lo que reduce el atractivo del inmobiliario como opción profesional.

Según nuestros datos, el 64% de los profesionales de real estate no ha recibido aumentos salariales en el último año, y solo un 16% percibe transparencia retributiva. Esta sensación de estancamiento alimenta la fuga de talento hacia sectores como energía, logística o tecnología, donde la propuesta de valor suele ser más competitiva en términos de desarrollo y reconocimiento.

El real estate ya no busca únicamente expertos financieros o gestores de activos. La sostenibilidad y la digitalización están ganando terreno como competencias imprescindibles. Perfiles con formación en eficiencia energética, economía circular o en herramientas digitales (BIM, big data aplicado al mercado inmobiliario, plataformas colaborativas) serán cada vez más demandados.

El verdadero ‘gap’ se concentra en perfiles intermedios (un 79% de las empresas admite dificultades) y en talento joven (34%)

Además, las soft skills se consolidan como diferenciales: liderazgo, comunicación efectiva, empatía y capacidad de aprendizaje continuo son claves para gestionar proyectos complejos y coordinar equipos multidisciplinares.

De cara al cierre de 2025, prevemos una contratación estable en inmobiliario, con especial dinamismo en gestión de activos, rehabilitación energética, inversión alternativa y data centers. La clave estará en atraer perfiles capaces de aportar valor inmediato, con una base técnica sólida y, al mismo tiempo, una mentalidad flexible y orientada al negocio.

El talento es, hoy más que nunca, el auténtico activo estratégico del real estate. Si el sector quiere seguir siendo competitivo frente a nuevos modelos de inversión y exigencias regulatorias, necesita avanzar en tres direcciones: mayor transparencia retributiva, planes de carrera atractivos y una propuesta de valor que conecte con las nuevas generaciones.