La reconversión de activos, clave para responder a las nuevas necesidades de la sociedad

La tendencia de reconversión de edificios ha experimentado un crecimiento significativo en los últimos años, consolidándose como una solución efectiva para abordar desafíos actuales como la escasez de suelo, la reducida oferta residencial y la necesidad de avanzar hacia un parque inmobiliario más sostenible y eficiente. En este contexto, la transformación de edificios obsoletos o infrautilizados para garantizar nuevos usos permite maximizar su potencial y generar un impacto positivo tanto en términos urbanos como sociales.

La regeneración urbana debe entenderse como un avance natural de la sociedad y de las ciudades. Muchos edificios no responden ya a las necesidades actuales, y es fundamental identificarlos, analizar qué uso tiene más sentido en cada caso y contar con las capacidades necesarias para ejecutar esa transformación con éxito.

Castellana 198 es un claro ejemplo de esta estrategia. Hablamos de un edificio que llevaba años en estructura y cubierto por una lona, en el Paseo de la Castellana, una de las principales avenidas de Madrid. Tras un largo proceso, hemos conseguido poner en marcha un proyecto de vivienda que responde a una necesidad urgente en Madrid y que supone, al mismo tiempo, una transformación significativa para uno de los principales ejes de la ciudad.

La regeneración urbana debe entenderse como un avance natural de la sociedad y de las ciudades

Para llevar a cabo este tipo de desarrollos, se necesita la implicación de inversores especializados y capital privado dispuesto a invertir en proyectos complejos, pero de alto impacto social y urbano. Solo así se puede impulsar realmente la regeneración y evitar que nuestras ciudades queden ancladas en estructuras del pasado.

En este sentido, el capital privado no solo es un motor fundamental de la regeneración urbana, sino que en muchos casos es el único agente capaz de llevarla a cabo. Para atraer más inversión en este tipo de proyectos, deben darse ciertas condiciones. Afortunadamente, hoy en España se dan muchas de ellas: un marco jurídico estable, oportunidades reales de transformación con retorno ajustado al riesgo, un mercado institucional consolidado con salidas claras tras la conversión y un sistema financiero que acompaña y facilita el apalancamiento de estos proyectos. Todo ello convierte a nuestro país en un destino natural para el capital que busca impacto urbano con propósito.

En definitiva, la regeneración urbana no va solo de construir, sino también de repensar lo que ya existe y darle un nuevo propósito que responda a las necesidades del presente.

Transformar el parque inmobiliario ya existente es, por tanto, una vía eficaz y necesaria para avanzar hacia ciudades más inclusivas, sostenibles y alineadas con las necesidades del siglo XXI.