P. 41 reto mayor: la sostenibilidad. “Las ciudades con- sumen el 78% de la energía mundial y producen más del 60% de las emisiones de gases de efec- to invernadero, sin embargo, representan menos del 2% de la superficie de la tierra”, recalca Olga Subirós, arquitecta y comisaria del proyecto Aire para la bienal de arquitectura de Venecia. Uno de los principales retos de las ciudades los próximos años es reducir sus emisiones y hacerse más sostenibles. “La ciudad debe cambiar y rediseñarse para que la mayoría de los desplazamientos puedan hacerse a pie o en bicicleta y en transporte público no contaminan- te”, agrega Subirós. Para mejorar la calidad del aire y la resiliencia de las ciudades ante los fenómenos meteorológi- cos extremos que puede ocasionar el cambio climático se busca potenciar su infraestructura verde y azul, es decir, los espacios naturales como parques y jardines y zonas del litoral como paseos marítimos, playas o ríos. “Son aspectos que ayudarán a mejorar la calidad del aire y me- joran cuestiones de salud pública”, argumenta Laia Soriano-Montagut, abogada y técnica urbanista. Los espacios verdes afectan directamente a la calidad del aire y reducen el efecto isla de calor. Este fenómeno, bautizado por Francesco Pom- poni, jefe del Laboratorio de Recursos y Cons- trucciones Eficientes de la Universidad Naiper de Edimburgo (Escocia), viene producido por los materiales oscuros, como el asfalto o el cemento que inundan las calles y los edificios altos, y provoca un aumento de las temperaturas. Este aumento de la temperatura provoca a su vez que las reacciones químicas de los gases nocivos ▪▪ expulsados por los vehículos que recorren la ciudad se aceleren, aumentando su toxicidad. Las medidas para afrontar la crisis climática también pueden usarse como motor de una eco- nomía golpeada por la pandemia. “Se necesitan aplicar políticas que inviertan en avanzar hacia una economía circular de cero emisiones y hacia construir edificios resilientes a la crisis climáti- ca”, sostiene Akhmouch. “Eso significa que las ciudades tienen que apuntar hacia inversiones verdes mediante la colaboración con los gobier- nos regionales y nacionales”, apunta. Para la directiva de la Ocde, estas inversiones pueden generar sinergias entre los diferentes sectores de la economía, generando puestos de trabajo. “La recuperación económica puede lle- gar a través de la reforma del parque de vivienda, la inversión en movilidad verde, energía renova- ble y soluciones basadas en la sostenibilidad”, añade Akhmouch. Otra de las patas que aspiran a ser el pilar de la ciudad post Covid-19 es la movilidad. “Ir en bicicleta y caminar puede implantarse más en los nuevos modelos de movilidad, a la vez que el transporte público deberá adaptarse a las nuevas circunstancias”, afirma la responsable de la Ocde. Aziza también apunta a la inversión en movilidad sostenible como una medida para reactivar la economía y crear puestos de trabajo. Durante el confinamiento, la ciudad se quedó sin La sostenibilidad ha pasado a ser uno de los coches, que hasta el momento habían ocupado aspectos clave a la hora de proyectar los cambios gran parte del espacio urbano. “El confinamiento urbanísticos en las ciudades, dando mayor ha hecho muy visible cuán perjudiciales son los importancia a los espacios verdes y azules.