¡Espero que estés bien!

“Espero que estés bien” en singular, plural o extensivo a la familia, se ha convertido en prefijo que precede al contenido de los emails o mensajes de texto de nuestro día a día.
Llega hasta el punto de que interlocutores que contactan conmigo casi a diario me lo siguen poniendo, cosa que por una parte parece exagerada, pero por otra, te hace reflexionar que el virus sigue estando entre nosotros, y por tanto, que un día estés bien no significa que la semana siguiente lo sigas estando, por lo que la coletilla sigue teniendo sentido.
Se trata de una afirmación, no de una pregunta. La gente expresa el deseo de que sus interlocutores estén bien de salud, sin llegar a preguntar “¿cómo estás?”, ya que el “¿cómo estás?” en este contexto no significa “¿qué tal?” sino que es un “¿cómo te encuentras?”, pregunta que puede ser intrusiva dependiendo del nivel confianza que exista.
Esperamos que la pandemia vaya remitiendo, y que deje de ser necesario expresar los buenos deseos en cada escrito que se redacta, aunque, pensándolo bien, quizá será una costumbre que ha llegado para quedarse, y al menos podremos sacar algo bonito de todo este desastre.
En Cataluña, muchos tenemos la costumbre de terminar los emails con un “salut”, que no significa “saludos” sino “salud”.
Así pues, espero que estéis bien.
Salut.