Opinión

La cara y la cruz

Ignacio Acha

17 mar 2020

La cara y la cruz

 

Contra el pesimismo, realismo; y contra el optimismo sin control, moderación. 

 

Hoy escribo en el apogeo de una situación complicada, extraña y de absoluta incertidumbre a la que cualquiera de nosotros nos estamos enfrentado según nos van marcando las autoridades, gobiernos y nuestros propios protocolos de empresa. 

 

Esto supone un cambio. Un cambio drástico sin previo aviso y, sobre todo, un cambio unido a la incertidumbre a la que nos enfrentaremos en los próximos días, muchas veces sin manual de uso y sin saber dónde ubicarnos en muchas cuestiones personales y profesionales.

 

Por eso, lo primero que debe tener todo el mundo en este momento en términos laborales y personales es empatía y generosidad. Además de una recomendación muy personal que hago yo desde aquí, y es de realismo y moderación.

 

Hoy quiero escribir de las personas. De hechos y de personas. No voy a especular, sino a compartir lo que ya es un hecho y ya está sucediendo. Desconozco el aspecto científico y médico, por lo que escribiré de situaciones reales en el trabajo y de las relaciones entre personas.

 

Esta situación en mi sector ha llevado a la mayoría de gente a teletrabajar por larga duración cuando muchos no lo habían hecho nunca. Ha llevado a gente que pasaba en la oficina de 8 de la mañana a 10 de la noche a vivir 24h horas en su casa, mientras muchas operaciones en cursos se caen o algunos procesos quedan pendientes, ha llevado a muchas familias a compartir el trabajo con el cuidado de los hijos. Esta nueva situación llevará a personas al paro temporal por circunstancias completamente ajenas a ellos y su valía. Este cambio, ha llevado a las personas a comunicarse de forma diferente y a que las nuevas tecnologías se apoderen del día a día de nosotros y que el contacto personal a nivel profesional desaparezca en un 99%. Habrá gente que no sabrá gestionar adecuadamente está fórmula de trabajo y habrá gente que además padezcan el Covid-19 o convivan con él dentro de sus casas. En contraposición habrá personas que se adapte muy rápidamente a todo esto y salgan indemnes. Esta situación provocará muchos cambios de opiniones, de humor o de actuación en poco espacio de tiempo. Y todo ello es comprensible. Todo esto supondrá un cambio temporal, un cambio que producirá estrés, apatía, absentismo, desconexión, frustración e incertidumbre en algunos casos. Es humano y hay que estar atentos. Todo esto no es pesimista, es realista y por lo tanto no debe dar miedo hablar de ello. Solamente hay que saber sustituir pesimismo por realismo y aceptar que esto está ahí y que hay que saber gestionarlo. Que nos podrá pasar a nosotros mismos en algún momento, pero si no es así, sobre todo, que le puede estar pasando al del otro lado del teléfono, email o videoconferencia, siendo estos, clientes, compañeros de trabajo o personas de tu propio equipo. Mientras sepamos que esta es la nueva realidad de nuestro día a día estaremos mucho mejor. Si no caemos en el pesimismo y asumimos que es una nueva realidad tendremos las armas y la estrategia para gestionarlo y combatirlo. También aferrarse a que esto tiene los días contados y saldremos adelante, aunque sin lugar a duda con lucha, esfuerzo y mucha paciencia.

 

También, nos encontraremos con gente muy optimista e incrédula, atrevida e inconsciente a lo que está sucediendo, e intentando remar contracorriente y no aceptando algunas nuevas reglas de actuación, sociales y de mercado, anclados en la negación. Ante esto y cuanto antes, moderación. Moderación si se gestionan personas y moderación personal por la responsabilidad cívica que esto supone. Ser positivo no significa negar la realidad de las cosas ni querer solucionarlas cuando están fuera de tu control. Ante un positivismo no controlado un poco de moderación

 

Para mi ser positivo ahora y en este momento significa compañerismo y generosidad, un toque de humor si cabe para subir el ánimo, que ya habrá momento para otros asuntos porque las crisis sacan lo mejor de cada uno pero también lo peor del ser humano.

 

Las crisis, cuando ocurren, tienen al menos la ventaja de que nos obligan a pensar y nos pone en contacto con nosotros mismos y con la realidad de los hechos. Nos hace apreciar de verdad todo aquello que antes no valorábamos en relación a nuestro día a día, nuestro trabajo, nuestra empresa y nuestra vida cotidiana despreciada en muchas ocasiones por lo monótona y simple que parecía y que ahora nos demuestran los hechos lo bonita, activa y viva que es nuestra semana de lunes a domingo. Es momento también de ser agradecido y reflexionar sobre ello.

 

En este momento, afrontar esto, supone tranquilidad, trabajar ordenadamente. Es un momento ideal para cumplir agendas que antes resultaba casi imposible atender y trabajar de forma más ordenada y estratégica. Es un momento para definir bien los tiempos y hacer un timesheet coherente, Debemos seguir 100% activos, ser originales, generar interacciones e interlocuciones entre nosotros provocando así entre todos que no se pare la actividad. Es momento de proponer cosas con calma, de hacer llamadas pendientes, analizar situaciones, cerrar acuerdos futuros y operaciones inminentes sin presionar a ninguna de las partes y que las cosas fluyan para hacer que la rueda siga girando. En estos tiempos una operación vale por dos y no es momento para ver si es nuestra o de otros, todos estamos igual y que haya movimiento debe llenarnos de alegría e ilusión.

 

Me considero, lo reconozco, optimista con la situación, pero abogo por la moderación, huyendo del pesimismo y acercándome al realismo para gestionar lo malo que ha provocado, está provocando y provocará esta crisis sanitaria, laboral y social.

 

De donde vino la pandemia, en China, la palabra crisis se compone de dos caracteres. El primero representa peligro y el otro representa oportunidad. 

 

Y como dijo Albert Einstein: "Solo en momentos de crisis surgen las grandes mentes"

 

Mucha fuerza a todos y sigamos haciendo que esto ruede por el bien de nosotros mismos, nuestras familias, nuestras empresas, la economía, nuestra sociedad y nuestro gran país, España.

 

Respeto y solidaridad #quedateencasa #yomequedoencasa 

 


Ignacio Acha

Ignacio Acha

 

Ignacio Acha es COO y Board member de RetailCo, empresa del grupo Santander desde Agosto de 2021, donde lidera las operaciones del vehículo inmobiliario y coordina el área de Leasing. Retailco es una gestora de inmuebles participada al 100% por el Banco Santander con el fin de poner en valor los activos inmobiliarios del Grupo.

 

Anteriormente, ocupó el puesto de head of retail high street en Cushman&Wakefield (C&W), donde también representó a la firma como Socio de la misma en España. Antes de su incorporación en el año 2011 a C&W, trabajó como director nacional de retail para la firma Roan Inmobiliaria y para otras consultoras del sector, como Aguirre Newman.

 

Con 20 años de experiencia en el sector inmobiliario y un desarrollo principalmente en el área de Retail, Acha ha desempeñado funciones de responsabilidad en el área de expansión para firmas como Festa Moda y The Phone House, donde desarrolló su red de tiendas en el mercado nacional.